No sabemos muy bien qué edad es la apropiada para un niño para comenzar a ponerles zapatos. Esto es un tema muy importante, pues sin querer podemos perjudicar su salud.
Los pies descalzos nos sirven para experimentar el mundo que nos rodea, con ellos podemos sentir sensaciones por su información táctil, por ello, contra más tardemos en calzar a un niño, más libertad tendrá en sus pies y más podrá experimentar con ellos.
En los días fríos podemos cubrirlos con calcetines, pero siempre es aconsejable que sean de lana para una textura más blanda y sensible, con ello mantenemos su temperatura corporal.
Nunca debemos forzarlos a andar antes del tiempo, su musculatura y constitución es todavía muy débil para soportar el peso de su cuerpo, podemos con ello causarles la deformación de los pies planos. El desarrollo de un pie no termina hasta la edad adulta, aproximadamente hasta los 17 – 18 años. Tardan en alcanzar su desarrollo 15 años aproximadamente, causa por la que debemos ser precavidos para su cuidado.
La costumbre de traspasar la ropa de los hermanos mayores a los más pequeños no tiene por qué dar razón a hacerlo también con los zapatos, esto no es nada recomendable, pues cada niño tiene una anatomía diferente, y por lo tanto diferentes puntos de apoyo y una forma distinta de andar. Los zapatos heredados pueden resultar un problema para el correcto desarrollo, incluso hasta formar heridas.
Tampoco debemos caer en ser demasiados precavidos, pues en ocasiones, compramos al niño zapatos superiores a su verdadera talla para alargar la vida del calzado y estamos haciendo algo muy perjudicial, pues el pie necesita el espacio justo para moverse sin tener demasiada movilidad.
Fuente: guía infantil