Seguro que muchos estaréis buscando el regalo para vuestra madre o encargando las flores que le entregarán mañana domingo en su día grande.
Yo no es que quiera ser una mala hija pero, ¿para qué?
¿De qué nos sirve que les regalemos un pedazo de ramo a las madres, las felicitemos y nos acordemos de que mañana es su día?
Conozco a más de una persona, y de dos, que todos los años, sin fallar uno, les hacen un pedazo de regalo a sus madres que hasta El Corte Inglés les hacen la ola. Eso sí, en muchas de esas ocasiones, se lo mandan por correo y, como mucho, les hacen una llamada telefónica para desearles un feliz día.
Me pregunto si esas madres, estarán realmente contentas de que sea su día. Igual sí, porque es la única excusa que tienen para que sus hijos las llamen por teléfono y, al menos, escuchen su voz.
Pero, estoy casi totalmente convencida de que se pondrían mucho más contentas si en lugar de encontrarse un regalazo el primer domingo de mayo, pudieran besar, abrazar y achuchar a sus hijos todos los domingos del año.
Que se puedan meter con su forma de vestir, que les digan que no fumen tanto, que les aconsejen sobre cómo peinarse, que les pregunten cuándo les van a dar nietos… y todas esas muchísimas otras cosas más que las madres nunca dejan de hacer, sea el domingo que sea.
El mejor regalo para el día de la madre es decirle que las queremos, que seguimos necesitándolas y contando con ellas, que queremos sus mimitos y sus cuidados, que son muy importantes en nuestras vidas. Todo eso, no lo podemos envolver en un bonito papel, pero podemos demostrárselo, al menos un poquito, cada día.
