El perfume

El perfume 1

Los perfumes, aunque cueste créelo, eran utilizados ya en  la Edad de Piedra. Sus orígenes se remontan a esta época de la humanidad. Se comenzaron a utilizar en las incineraciones, usando maderas aromáticas para complacer a sus dioses con el humo (per fum) de ahí su nombre.

Sin embargo, el perfume como tal, se comenzó a usar con los egipcios, ellos fueron los primeros perfumistas que lograron fabricar los más variados aromas naturales.

Cuando se abrió la tumba de Tutankamon se hallaron más de tres mil potes con fragancias que aún conservaban su olor, después de permanecer enterrados más de 30 siglos.

Los egipcios colgaban de su cuello pequeños recipientes de barro con aromas, llegando a creer que no sólo seducía, sino que ahuyentaba las enfermedades.

Uno de los descubrimientos claves fue el hallazgo del alcohol por parte de los árabes en el s. VIII.

Los aceites y resinas diluidas en el alcohol revelaron todas sus cualidades aromáticas, logrando así perfumes muchos más finos.

Los griegos, lo consideraban como un don de Venus, usando un aroma diferente para cada parte del cuerpo: menta para los brazos, mejorana para los cabellos, aceite de palma para el pecho, tomillo para las rodillas y aceite de orégano para las piernas y los pies.

Con los años y la industrialización, se sufren muchas transformaciones, llegando a la categoría de artículo de lujo.

Hay quien asegura que el saber perfumarse es un arte y aconsejan echarlo en las zonas del cuerpo donde los latidos del corazón son más intensos, como las muñecas, tobillos, sienes, lóbulos de las orejas y busto, ya que el calor del cuerpo activa su fragancia y lo hace más duradero.

Fuente: mundo belleza

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