En la viñetas que adjunto dice: “con tanto periodista aficionado en la red, siempre tengo la sospecha de que me mienten”.
¿Cómo y dónde buscar la verdad? Citemos a los maestros. Álex Grijelmo, escritor y periodista:
«La profesión periodística está registrando ciertos deslizamientos a los que damos poca importancia. Los medios digitales. Los periodistas serios, de medios de comunicación serios, saben que la mejor de las historias y la más veraz investigación se pueden venir abajo por un solo dato erróneo: así como una noticia veraz se convierte en falsa o da apariencia de serlo por culpa de un solo dato falso, una historia falsa puede presentarse como verosímil, y resulta creíble, si se construye con detalles verdaderos.
La ética no es divisible: la línea no debe trazarse entre mentira pequeña y mentira grande, sino entre mentira y verdad».
Y recordando a otro maestro: Ryszard Kapuscinski (1934-2007) fue autor de una veintena de libros, entre ellos Los cinco sentidos del periodista: estar, ver, oír, compartir, pensar. En 1999 fue nombrado «el mejor reportero del siglo XX» y fue un constante candidato al Nobel de Literatura.
Pensaba (en palabras de Joaquín Estefanía, El País, jueves 25 de enero de 2007), que la revolución tecnológica no debía hacer olvidar los procedimientos tradicionales y opinaba que es paradójico que se nos diga que el desarrollo digital de los medios de comunicación ha conseguido unir a todas las partes del planeta en la globalización (lo que no es cierto porque todavía hay cientos de millones de personas que no tienen contacto con los medios, que viven fuera de su influencia) y, al mismo tiempo, la temática internacional cada vez ocupa menos espacio en esos medios, ocultada por la información local, por los titulares sensacionalistas, los cotilleos, los personajillos y toda la información mercancía.
En el libro citado Kapuscinski dice: «El periodismo es una profesión en la que no se puede dejar nunca de estudiar, pues la actualidad es quien manda sobre lo que se tiene que hablar. Sin embargo, lo que antes era una mera fuente de información, se ha convertido hoy en un instrumento de formación de la opinión pública».
«El periodismo –sigue diciendo- es una actividad en la que hay que medir las palabras que usamos, porque cada una puede ser interpretada de manera malévola por los enemigos de la gente de la que escribimos: desde este punto de vista nuestro criterio ético debe basarse en el respeto a la integridad y la imagen del otro. Porque nosotros nos vamos y nunca más regresamos, pero lo que escribimos sobre las personas se queda con ellas por el resto de su vida».
Con razón decía que 2para ser reportero hay que ser buena persona».