En busca del traje perfecto. Esta es la mayor preocupación de las novias para llegar a su boda de una manera más que radiante. Pero no debemos olvidarnos jamás de todos los complementos que acompañan al vestido, como los zapatos o el velo. Este último, en la antigüedad, representaba la condición virginal de la novia, pero hoy en día es un protagonista indispensable a la hora de llegar al altar.
Normalmente, en los estilos más clásicos, el velo es muy sencillo, sin puntillas ni bordados y es 20 centímetros más largo que la cola. Y en los vestidos más modernos es más elaborado y se suele apoyar sobre la cabeza de la novia.
Hay varios tipos de velo. Puede ser corto y durante la ceremonia religiosa suele tapar el rostro de la mujer. Pero también los hay que van desde detrás de la cabeza, enganchados debajo del recogido hasta la cintura o el más común, el largo, que es el que cae hasta la cola.
Los materiales también suelen ser variados, desde la seda, por su caída perfecta, hasta tul o el nylon.
Según la tradición, los que cubren el rostro se utilizan principalmente en la ceremonia religiosa y otorgan un punto romántico a la misma ya que el novio debe levantarlo en el momento del beso.
Se elija el que se elija debe ir acorde con el estilo del vestido para no desentonar demasiado y lo más importante, debe adaptarse al estilo de vestir de la novia.
Fuente: Fiestas de boda
Fuente de la noticia: El velo, complemento indispensable