¡Hombre tenías que ser!!

¡Hombre tenías que ser!! 1¿Hasta cuándo escucharemos esta frase? Yo pensaba que sería una cuestión de tiempo, pero me parece a mí que tiempo no es sólo lo que se necesita para curar ciertas heridas.

Hace unos 40 años ya, no estamos hablando de ayer ni anteayer, era muy raro ver a una mujer al volante. Cuando empezaron a verse mujeres en la carretera, podía encontrarle cierta explicación, y si me apuras, hasta justificación, que los hombres echaran mano de ese corporativismo masculino y aprovecharan cualquier mínimo despiste o error para bajar la ventanilla y gritar a los cuatro vientos aquello de ¡Mujer tenías que ser!

Pero ahora, cuando hay tantos conductores como conductoras, ¿por qué???!! Si alguna vez he oído esta mítica frase, siempre imagino que viene de un señor de avanzada edad, de esos que todavía no se han acostumbrado a compartir el monopolío de la conducción. Pero si me giro – pues normalmente no lo hago, simplemente levanto la mano en señal de disculpa, aun sin saber si el grito o la pitada iban dirigidos a mí – y me encuentro a un hombre joven, incluso a un chaval, me da mucha lástima y no puedo remediar pensar: “aaysss, ese tipo de hombre tenías que ser”.

Seamos originales y creativos, por favor, e innovemos. Que ya todo el mundo debería de saber que hombres y mujeres tenemos habilidades distintas, que en la conducción puede que haya un mayor porcentaje de hombres que lo hagan mejor que las mujeres, que no sabemos medir las distancias por igual, etc. etc. Pero, en la conducción, ya sea por carretera o por ciudad, el principal problema es que no tenemos en cuenta a los otros conductores, vamos a la nuestra, siempre con prisa y a muchos se nos han olvidad ya algunas lecciones básicas de las normas de circulación. Y eso, nos pasa a todos, hombres y mujeres. Y si no, me atrevo a lanzar desde aquí un reto. Que cada persona que lea este post, dedique unos cuantos días a anotar en un papel, quién ha protagonizado la pifia del día en su camino del trabajo a casa. Si alguien me demuestra que son las mujeres las que más entorpecen su circulación, entonces… entonces… ¡mujer tenías que ser!

 

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