La moda, el maquillaje, los colores… hay tantas cosas que van cambiando a lo largo del tiempo…, sin embargo hay algo que siempre hemos querido conseguir “el resultado perfecto”.
Los años 60 estuvieron marcados por las revoluciones que trajeron consigo, estos también se reflejaron en el cine, un arte que es el que mejor muestra la realidad de la sociedad.
Los profesionales de la gran pantalla, necesitaban el mejor perfeccionamiento para sus actrices en el sentido de lo estético e incorporaron un producto para su ritual de belleza. Este producto era la laca.
Mediante este sistema, se conseguía fijar el pelo sin apelmazarlo, obteniendo un resultado perfecto.
El mercado comenzó a dirigir los productos cosméticos hacia los más jóvenes y la laca supo adaptarse a ello, apareciendo una gran gama dependiendo del acabado deseado.
La fijación que conseguía este producto permitía mantener los cortes de pelo muy bien estructurados, con su volumen, indiferentemente del estilo clásico o informal. Lo más importante era que el cabello no perdía sus propiedades y ésta se eliminaba con un simple cepillado, además aportaba olores sensuales, únicos y evocadores, su tacto era sedoso y el peinado se convertía en seductor tanto a la vista como al olfato y al tacto.
En los últimos años se han creado ediciones de coleccionistas y la demostración de su presencia en las bellas estrellas del cine. Los profesionales siguen hoy en día siendo fieles a este producto para obtener resultados increíbles.
En el mercado podemos encontrar numerosos cosméticos que nos ayudan a obtener buenos resultados, pero sólo la laca es capaz de aguantar la humedad y aportar brillo a nuestro cabello.
Fuente: hola