Es importante que incluyamos la vitamina C en nuestra dieta ya que aporta a nuestra salud multitud de propiedades. La vitamina C está implicada en una gran cantidad de reacciones del cuerpo y tiene una función importante en el mantenimiento de la salud, la lucha contra infecciones, la reducción de los efectos del estrés y el sistema inmunitario, siendo además un poderoso antioxidante. El consumo de vitamina C es fundamental para ayudar a nuestro organismo a mantener bien altas las defensas. Esta vitamina funciona como antioxidante, pudiendo además proteger a su organismo de los denominados “radicales libres”, los cuales aceleran el envejecimiento. Esta vitamina mantiene un correcto funcionamiento del sistema inmunológico, indispensable para combatir las enfermedades infecciosas, y su papel en la cicatrización.
Algunos alimentos donde podemos encontrar la vitamina C son los siguientes: Guayabas, pimientos, Tomillo y perejil, kiwi, Brócoli, coliflor y coles de Bruselas, naranjas, mandarinas y clementinas, fresas, melón… estos alimentos son los que más vitamina C poseen. Varios estudios apoyan que consumiendo al menos 500 mg diarios de vitamina C se puede aumentar la cantidad de vasos sanguíneos relajados o dilatados en un proceso conocido como la vasodilatación. Este proceso se cree que ayuda a disminuir la presión arterial, reducir el riesgo de ataques cardíacos y otras enfermedades cardiovasculares.
En el día a día, las personas que no consumen la suficiente Vitamina C suelen costiparse muchas veces al año, pueden tener problemas en las encías y sus heridas tardan más en cicatrizar. Además de todo esto, no tomar vitamina C nos perjudicará en otros aspectos de la salud. Por ello, es importante que tengas una alimentación centrada en esta vitamina.