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Hace ya unos años, al final de la anterior legislatura, que por primera vez oí hablar de esta plataforma contra el préstamo de pago en las bibliotecas públicas, durante un tiempo dejé de oír hablar del asunto pero ahora vuelve a mis oídos.
El Estado Español ha dejado transcurrir el tiempo de la transposición de la Directiva 92/100/CEE sobre venta, alquiler y préstamo que establece un canon de 0,20 euros por libro. Ante esta situación de incumplimiento la Comisión de Cultura aprueba el 21/03/2007 un dictamen sobre el proyecto de la LEY DEL LIBRO, LA LECTURA Y LAS BIBLIOTECAS que irá al Pleno del Congreso de los Diputados la primera semana de abril y que incide en este canon de 0,20 euros por libro en el préstamo bibliotecario. Este canon no pretende ser repercutido a los lectores sino que será asumido por el Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas en el porcentaje que se establezca.
Debe querer esto decir, a juicio de los señores diputados y señoras diputadas, que el ciudadano no paga si no saca 0,20 euros de su bolsillo y que el Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas reciben sus fondos de una entelequia que no es la ciudadanía. PAGAMOS LOS CIUDADANOS, ya bien sea directa o indirectamente. Pero ahora alguien se hará la pregunta de siempre ¿A quién va a parar ese canon?:Parecería lógico, la respuesta que a bote pronto le surgió a un amigo mío al comentarlo: un fondo en el Ministerio de Cultura para adquisición y renovación de materiales. Pero, como casi siempre en éstos temas de los cánones, la realidad es más prosaica, la cantidad se destinará en un 70% a los autores y el resto a los editores y -aquí viene ya la madre del cordero- a las sociedades de intermediación que serán quienes se encarguen de esta gestión.Como en el caso de los discos o películas, cuando uno compra un libro, aunque sea el Ministerio de Cultura, o una Comunidad Autónoma o un Ayuntamiento y lo compre para una biblioteca paga ya unos derechos de autor que vienen incluidos en el coste del libro, por lo que los autores no son especialmente beneficiados por este canon, sí lo son las grandes editoriales que, en definitiva son la industria del libro.¿Qué peligro encierra este canon? Alejándonos del hecho moral de que no queramos pagar por la cultura que se entiende libre, más en un entorno como una biblioteca, alejándonos del hecho de que nuestra legislación establece que los derechos de autor sobreviven al autor 50 años, y este canon se aplicará siempre, (¿quién cobrará en lugar de Platón o de Ulpiano?), más allá encontramos que el gasto en el pago del canon al que tendrán que hacer frente el Ministerio y las Comunidades Autónomas, debe salir, forzosamente de los presupuestos de Cultura, lo que en mayor o menor medida vendrá a repercutir en una menor cantidad destinada a la ADQUISICIÓN DE NUEVOS VOLÚMENES en un país que ya estaba a la cola de sus vecinos europeos.
¿Qué consecuencia puede tener la no transposición de una Directiva europea a nuestro ordenamiento? Bien si una Directiva europea reconoce derechos a los particulares frente a la Administración o en relaciones «verticales» con otros particulares es directamente aplicable. No parece que esta Directiva esté reconociendo este tipo de derechos por lo que no es invocable su aplicación directa, de modo que el Estado tiene que «trasponerla», adaptarla a Derecho propio, es decir, hacer una ley que recoja su contenido mínimo, y en caso de no hacerlo se aplica al Estado incumplidor una multa. ¿Es tan grave ser multado por la UE? ¿Han ponderado el importe de la multa y sus consecuencias a largo plazo con el importe continuo del canon?
Estas van a ser preguntas que queden abiertas, mientras se tramita la nueva LEY DEL LIBRO, LA LECTURA Y LAS BIBLIOTECAS, en la que, ya de paso podrían aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid y rebajar al mínimo el IVA de los libros, a ver si al menos lo que nos gastamos por un lado lo ahorramos por el otro.
En todo caso, y en previsión de lo que pueda suceder tanto autores como editores se han adherido al movimiento contra el préstamo de pago en bibliotecas, como ellos lo han hecho profesores de primaria y secundaria, y bibliotecas de toda España, y algunos somos los locos que hemos enviado postales a los diferentes grupos políticos con el siguiente texto:
Soy un/a usuario/a de la Biblioteca ………………….
……………………………………………………………………………
No quiero que la Ley del Libro, la Lectura y las Bibliotecas,
actualmente en estudio castigue a las bibliotecas imponiéndoles
un canon en concepto de derechos de autor por prestar los libros.
Las bibliotecas ya pagan derechos de autor cuando compran los
libros, no es lógico que paguen dos veces por el mismo concepto.
Es como si a los visitantes de los museos se les cobrara la entrada
y, además, cada vez que miraran un cuadro.
Las bibliotecas no dañan los intereses de los autores. Al contrario:
son sus principales cómplices porque aseguran el principal de sus
derechos: el derecho a ser leído. Estar en los estantes de una
biblioteca es la verdadera consagración de un autor. Las bibliotecas,
además, son el mejor escaparate. Muchos lectores compramos
libros, para nosotros o para regalar, precisamente por haberlos
conocido en ellas.
Las bibliotecas españolas todavía tienen pocos libros y todo el
dinero que nuestras administraciones puedan invertir en ellas tiene
que dedicarse a comprar más.
Le pido que su grupo político defienda la medida más adecuada
para que no se imponga un canon a la lectura. Muchas gracias.
Firma
Nombre:
Apellidos:
DNI.:
Grupo Parlamentario …………………………….
Congreso de los Diputados
Plaza de las Cortes, 9
28071 Madrid