Algunas personas tienen la creencia de que vestir bien, a la moda, con elegancia y buena calidad es sinónimo de ropa y artículos con marca de diseñadores famosos.
No puedo negar que las marcas muy conocidas suelen usar materiales de buena calidad. ¡Sólo faltaría, con los precios que tienen sus prendas!. Pero tampoco debemos afirmar que las desconocidas, o muy normalitas, nos ofrecen malos productos, ya que, precisamente por haber de todo, podemos encontrar ropa, calzado y todo tipo de complementos muy buenos y a unos precios asequibles: todo es cuestión de saber elegir.También es verdad que esas marcas presentan las últimas tendencias de la moda, si bien algunas siguen siempre la misma línea, con pocos cambios. Las otras no se quedan a la zaga, pues la competencia es fuerte y lógicamente, para vender, necesitan estar actualizadas.
No quiero decir con esto que no se compren prendas y artículos de marca, sino que no hay que obsesionarse con vestirse siempre de marca, ya que hay personas que parece que no saben hacerlo de otra manera y, aunque algunas puedan lucir muy bien, otras parecen verdaderos anuncios andantes, que -en mi opinión- resultan chabacanas y horteras.
Es de marca, es bonito. Pues no; hay auténticos atentados al buen gusto también. Y lo que me repatea es el abuso de los precios: me parece una tomadura de pelo muchas veces.
Lo importante es la personalidad: el saber adaptarse a la moda de acuerdo a tu estilo, edad y también a tu cuerpo.