Le entregaron a mi hijo un documento sobre el código deontológico en publicidad no sexista del Instituto Andaluz de la Mujer con el que hacer un comentario de texto.
Al leerlo en un principio me pareció pasado de moda y obsoleto, cuando recordaba los anuncios de la televisión.
Craso error por mi parte, lo primero porque ya hace años que no veo la televisión y lo segundo porque al buscar anuncios sexistas me quedé asombrada de cómo sigue funcionando el tema sexo para atraer a los hombres al consumismo.
El Instituto propone cinco principios y valores por los que deberá regirse la publicidad que son:
1. La integridad física y el derecho a la vida: no utilizando mensajes que inciten a la agresividad, a los malos tratos o a la violencia, en general.
Para muestra un botón.
2. La salud: no incitando al consumo que la ponga en peligro, como evitando aquella publicidad que pueda inducir a trastornos en la alimentación invitando a dietas peligrosas asociadas al éxito personal, profesional o social.
Mi opinión es que se han quedado cortos pues también deberían impedir, imágenes de moda, películas, cantantes, entrevistadoras, telediarios y programas de televisión donde la imagen que promocionan son mujeres con cuerpos de niña (sin curvas por la delagadez tan extrema) anorexicos.
3. La dignidad: evitando situaciones denigrantes y vejatorias.
Totalmente de acuerdo
Pero no solo en la publicidad , también sería necesario un código deontológico en los programas televisivos. Y no creo que tenga que poner ejemplos.
4. La seguridad: no incitando a comportamientos que impliquen riesgos o peligros innecesarios.
Es lamentable que para ser un machote haya que realizar ejercicios imposibles, aunque últimamente las mujeres van entrando en estos spots así como en películas y programas televisivos.
5. La igualdad: rechazando actitudes, comportamientos y situaciones discriminatorias o que incluyan mensajes sexistas.
Esto va a ser un imposible. Los publicistas aprendieron que la gallina de los huevos de oro, en cuestión masculina es mostrar el cuerpo de una mujer, o una insinuación sexual.
Sin embargo, hay que reconocer que han sido los primeros en incluir a los hombres en anuncios que se suponían eran productos exclusivos de la mujer, como electrodomésticos y productos para la limpieza de la ropa.
Algo que se les olvida a todos estos institutos son los niños y su uso publicitario vejatorio, denigrante e innecesario. Los adultos, se supone, somos capaces de discernir lo bueno de lo malo.
Pero los niños no, estos son manipulados constantemente por lo publicista y no he visto ni una sola línea sobre ello. Muy triste y lamentable, algo por lo que me llevan los demonios.
Un beso, Mury