Ya sé que estamos en plena operación bikini, y que la preocupación de muchas y muchos radica en librarse de los kilillos de más cogidos durante el invierno, pero para aquellos que, como yo, no se resignan a la tristeza de una vida sin chocolate, os propongo esta fácil y deliciosa receta. Es sencillísima y rápida de elaborar, pero te hará quedar como una maravillosa anfitriona si la usas como guinda final a una cena para tus amigos.
Sólo necesitas Raviolis Rana de chocolate (la cantidad variará en función de los invitados, o del calibre del capricho que quieras darte), una tableta de chocolate blanco, azúcar glass, canela y helado o sorbete de frutos del bosque. Puedes utilizar cualquier otro sabor de helado, aunque yo recomiendo éste por el contraste.
Pon agua a calentar con una cucharada de mantequilla y canela. La canela puede ser en rama o en polvo. Derrite al mismo tiempo en otro recipiente el chocolate blanco. Cuando el agua rompa a hervir, echa los raviolis y cuécelos durante dos minutos.
Después de esos dos minutos, retira la canela si era en rama, y escurre los raviolis. Vierte chocolate blanco en el fondo del plato, coloca los raviolis y espolvoréalo todo con azúcar glass y canela.
Añade la bola de helado en el centro, para que comience a derretirse lentamente al contacto de los raviolis calientes. Si quieres una versión más light, puedes acompañar los raviolis de frutas del bosque de verdad (frambuesas, moras,…). Y después de eso… ¡a disfrutar!
