Los diarios de todo el mundo, se han hecho eco en los últimos meses de casos de violaciones en grupo ocurridas en el continente asiático, no es algo que ocurriera por primera vez. La mujer en Asia suele estar expuesta a la violencia, pero el tema se vuelve cada día más preocupante, las violaciones han aumentado y según divulga la misma Organización de las Naciones Unidas, casi el 25 por ciento de los hombres asiáticos reconoció haber cometido por lo menos una violación en su vida.
La información se ha obtenido de una encuesta patrocinada por la ONU, en la que se entrevistaron a nada menos que 10.000 hombres entre 18 y 49 años de edad en seis países. A los mismos se les cuestionó sobre si habían forzado a alguna mujer que no fuera su pareja o esposa a tener sexo con ellos o si habían tenido relaciones con mujeres en estado de ebriedad o drogadicción que no podían oponerse al sexo. Los encuestados, 75% de los mismos, se justificaron de «tener derechos sexuales como hombres» sobre las mujeres.
Admitieron los encuestados haber violado a su propia pareja y también a alguna mujer sin la que tuvieran ningún tipo de relación sentimental, y muchos de ellos reconocieron que han participado de la violación de una mujer más de una vez. Sin duda una forma de pensar que ha causado y causa mucho dolor a las víctimas de violencia sexual en Asia, aunque los encuestados fueran de solamente seis países de dicho continente, son datos que deben tenerse muy en cuenta por la creciente violencia contra el género femenino en Asia.
Los resultado como insistimos son alarmantes, existe de conocer los mismos, el pensamiento de que culturalmente se considera por parte de los hombres, un derecho forzar a una mujer a tener relaciones sexuales. En Papua Nueva Guinea el 60% de encuestados admitió haber obligado al menos a una mujer a mantener relaciones sexuales. Mientras que en Indonesia uno de cada dos hombres reconoció haber violado. En Camboya, China e Indonesia, uno de cada cuatro hombres reconoció que ha violado por lo menos a una mujer.
Más que conocer datos y quedarnos sorprendidos con los resultados de esta encuesta sobre violencia sexual contra las mujeres en Asia, debemos enfrentar la necesidad de que la Comunidad Internacional se involucre en la denuncia de estas prácticas y haga su trabajo de proteger a los que como las mujeres en Asia, no tienen quién les proteja del abuso sexual.