Cuando cumples 40 años tu cuerpo atraviesa una serie de procesos naturales que producen ciertos cambios en tu organismo. Uno de los mayores cambios que notarás será una piel más seca y un poco flácida, pero no te preocupes, esto es normal y se puede corregir con cuidados sencillos no invasivos, como los que te indicamos a continuación. Con estos secretos de belleza podrás tener una piel radiante, sin arrugas ni manchas a los 40 años.
Limpia, tonifica e hidrata tu piel 2 veces al día
Una buena rutina de belleza diaria te ayudará a tener una piel radiante y saludable, y servirá para retrasar la aparición de los signos del envejecimiento.
Por la mañana debes usar un limpiador suave para limpiar tu piel, enjuagar y secar rostro y cuello, aplicar un poco de tónico y finalizar con una crema hidratante.
Por la noche la rutina de belleza es un poco más exhaustiva: debes eliminar el maquillaje con un desmaquillante, lavar el rostro con un jabón suave, usar un tónico facial, hidratar y aplicar un contorno de ojos.
Usa productos naturales, ecológicos y cruelty free
Cuando aplicas productos de belleza sobre tu piel, el objetivo es que estos sean absorbidos para aprovechar al máximo los beneficios de sus ingredientes.
Sin embargo, algunos de los ingredientes que contienen los productos de belleza son nocivos para la salud de la piel y pueden provocar irritaciones, resequedad, picor, brotes de acné y enrojecimiento.
Para evitar eso, lo más recomendable es que utilices productos de belleza que sean ecológicos, contengan solo ingredientes naturales y no sean testados en animales, como los que mensualmente incluye la caja de maquillaje Abiby.
Protege tu piel con protector solar todos los días del año
No importa la estación del año, tampoco si estarás en casa o en la oficina, siempre debes usar un protector solar en el rostro, cuello y escote.
Cuando tienes 40 años o más tu piel se vuelve más delicada y es más propensa a sufrir resequedad y aparición de manchas oscuras, especialmente en el área de la frente y alrededor de la boca. Para mantenerla siempre protegida de los rayos solares es imprescindible aplicar un protector solar de al menos SPF 30. El protector solar se aplica al final de la limpieza facial, antes de empezar a maquillar la piel.
Aplica unas gotas de sérum sobre la piel del rostro antes de dormir
Para que tu piel luzca radiante es necesario que duermas por lo menos 8 horas continuas cada noche. Cuando duermes tus células y tejidos se renuevan, y si duermes 8 horas este proceso de reparación se realizará con éxito y al despertar notarás una piel más fresca.
Para aprovechar al máximo los beneficios del sueño, es recomendable que incluyas en tu rutina de noche un sérum antioxidante natural que sirve para hidratar la piel madura, emparejar su tono, disminuir las líneas de expresión, aclarar las manchas oscuras y aportar brillo natural.
Elimina las células muertas exfoliando tu piel
Cuando lavas y limpias tu rostro, eliminas la suciedad que se encuentra en la superficie de la piel, pero las células muertas permanecen adheridas a la piel y pueden obstruir los poros, causando la aparición de puntos negros.
Para evitar esto, debes exfoliar la piel de tu rostro por lo menos una vez a la semana. Utiliza un exfoliante natural suave apto para todo tipo de piel, aplicándolo con movimientos suaves. Si exfolias tu rostro todas las semanas, tu piel absorberá mejor los productos que coloques en ella y lucirá más radiante.
Haz ejercicios, bebe suficiente agua y mantén una dieta balanceada
Mantener un estilo de vida saludable hará que tu piel luzca radiante y juvenil.
Para que tu piel esté hidratada y para evitar la aparición de arrugas, es imprescindible beber al menos 2 litros de agua al día.
Una dieta balanceada con vitaminas, minerales y antioxidantes no solo nutrirá tu cuerpo y te dará energía, también hará que tu piel esté más radiante y saludable.
Evita el consumo de alcohol que causa envejecimiento prematuro, prioriza la ingesta de frutas y vegetales crudos, reduce el consumo de sal, ejercita tu cuerpo 30 minutos al día y disfrutarás de una piel radiante, un cuerpo en forma y buena salud.
