La boda real entre Isabel de Windsor y Felipe de Mountbatten, se celebró el 20 de noviembre de 1947. Para ese entonces, ella contaba con 24 años y el ya tenía 25.
Ella, era una jovencita perteneciente a la nobleza, que allá por 1939 se enamoró de este atlético cadete de la Real Academia Naval de Darmouth.
El enlace se llevó a cabo luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, en medio de un clima hostil, gris, frío y de un ánimo mutilado por las hostilidades de guerra. Hasta el entonces presidente Churchil mencionó con respecto al enlace: “Un toque de color en el duro camino que debemos recorrer”.
La boda en el año de la crisis, disimulaba la posición lejana a la de ser potencia que ostentaba Inglaterra años atrás. Los novios recibieron unos mil quinientos regalos, los cuales llegaban desde los rincones más remotos, los cuales fueron cuidadosamente expuestos en el palacio de St. James.
Los grandes ausentes a la boda fueron las hermanas de Felipe, porque estaban casadas con alemanes (y todos sabemos lo que eso pesaba tras la Guerra), y el duque de Windsor.
Con los años aparecieron rumores de infidelidades, especialmente (por no decir exclusivamente), de él. Según los mismos allegados a la pareja, los gustos de éstos eran totalmente diferentes, eran el agua y el aceite.
Sin embargo, el amor pudo más que todos los obstáculos y supuestos y en plena crisis europea, las calles se vistieron de fiesta al recibir a la flamante pareja.
Fuente: chrismielost
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