Me parece preocupante la forma de divertirse muchos de los adolescentes y jóvenes de nuestro país. ¿Es una diversión sana? ¿Es realmente diversión?
No hay más que salir un fin de semana a la calle para ver, además del «botellón» -tema ya muy manido-, grupos de chicas y chicos, algunos muy jóvenes, en un estado lamentable de embriaguez. Los servicios de urgencias de hospitales y centros sanitarios atienden a un gran porcentaje de jóvenes seriamente afectados por el consumo de alcohol. La cocaína y otras drogas de diseño, al parecer, están al alcance de casi todos y «los porros» se convirtieron en un hábito social entre la juventud en cualquier momento y lugar.
Las discotecas y pubs se llenan, hay ambiente. ¿Que clase de ambiente?.
No es bueno generalizar; pero me parece alarmante la cantidad de personas, que a partir prácticamente de los catorce o quince años, salen hasta altas horas de la madrugada, y desde las primeras horas de la tarde, para beber y consumir otro tipo de sustancias peligrosas, tanto para su salud física como mental. Ellos, la mayoría, no lo reconoce: salen con sus amigos para estar con ellos, no para consumir. ¿Es cierto?. Me pregunto a qué le llaman «estar con sus amigos», porque yo no entiendo esa frase como el hecho de ir juntos sin más, sino como ir juntos para algo, Ese algo es lo que ellos llaman diversión seguramente; pero ¿cómo pueden divertirse con sus amigos, si a veces ni se enteran de lo que hacen ni de con quien están o si no son ellos mismos por estar bajo los efectos de las drogas?. Claro que algunas de ellas, en cantidad moderada y sin pensar en los futuros efectos, pueden únicamente «colocarlos» y así están más animados.
¿No están suficientemente animados esos jóvenes, que tienen que recurrir a medios artificiales para conseguirlo? He leído que la sociedad, los mayores, no les ofrecemos alternativas válidas, que pretenden llamar la atención como grupo definido y otra serie de teorías al respecto, que -sinceramente- no me convencen.
Me da la impresión de que buscan la satisfacción momentánea, a pesar de las consecuencias que pueda acarrearles; no piensan en el futuro y el vivir el momento se lo toman al pie de la letra, sin recapacitar qué momento están viviendo ni cómo lo viven. También he oído de sus propias bocas que «total, para lo qué es la vida; que hay que aprovecharse cuando se puede o que el futuro está lejos y ya cambiarán».
Mi opinión es que se engañan a sí mismos, que ésas son excusas fáciles para justificar un comportamiento absurdo. El futuro lo tienen a la vuelta de la esquina y muchos de ellos no podrán controlar esos hábitos que llevan aprendidos desde hace años.
Tal vez el hacerles la vida fácil por parte de sus padres, que desde pequeños los miman y dan, con su mejor intención, muchas cosas materiales, incluido el dinero; el no saber -y luego ya no poder por ser demasiado tarde- negarles con firmeza ciertas peticiones o reprender de forma razonada algunas actitudes… sea el motivo. En resumen, la educación.
No busco culpables, sino causas. ¿Me ayudáis?.