Decálogo para combatir la sequedad de la piel en invierno

Las bajas temperaturas del invierno afectan negativamente a la salud de nuestra piel. Es habitual que esta se vuelva más apagada, tirante y sensible, pero sobre todo, más seca. Los principales motivos de esta situación lo encontramos en los bruscos cambios de temperaturas, así como el viento. Estos factores provocan que la hidratación de la piel vaya desapareciendo, dando lugar a la aparición de sequedad, rojeces, grietas e irritaciones.

Cómo poner solución a la sequedad de la piel en invierno

Desde Maminat, han compartido con todos nosotros una serie de consejos enfocados a solucionar esta situación.

Regular la temperatura poco a poco

Los cabios de temperatura hacen que los capilares sufran mucho y puedan dilatarse. Es clave controlar la temperatura de la calefacción, para evitar que la piel sufra.

Sustituir la palabra caliente por templada

Aunque sea lo que más apetezca en los días fríos, el agua caliente es uno de los peores enemigos. Ducharse o lavarse con agua caliente hará que los aceites buenos que hay en la piel, desaparezcan. Por ese motivo, es importante utilizar el agua tibia para conservar los lípidos naturales y mantener la suavidad en la piel. El uso de guantes puede ser un gran aliado si se tiene sabañones en las manos.

Agua e invierno van de la mano

Para eliminar la piel seca la forma más sencilla es hidratarla diariamente. Es muy importante hidratarla desde dentro, bebiendo entre 1,5 y 2 litros de agua al día, pero de agua, no de cualquier líquido. El alcohol o la cafeína nunca serán sinónimos de agua, al contrario, favorecerán la sequedad y sufrimiento de la piel.

Humidificarse

El aire del invierno es seco y, junto al aire, absorbe la humedad de la piel. Un humidificador evitará los estragos de esta época del año, manteniendo más hidratada la piel y alejándola de la sequedad que le provoca la calefacción.

La dieta un factor básico

Las verduras y las frutas son aliados a la hora de evitar la piel seca, sobre todo aquellas que nos aportan gran cantidad de agua, como las naranjas, el melón, la sandía, el kiwi, el tomate, el pepino el apio o las zanahorias. Es importante introducir también aceite de oliva, legumbres o salmón, ya que estos alimentos son ricos en Omega-3, una grasa poliinsaturada que mantiene nuestras células jóvenes y bien lubricadas.

Utilizar protección solar

La cantidad de rayos UVA que recibidnos es casi igual en invierno que en verano. Los Rayos UVA afectan directamente al aumento de sequedad, flacidez y de la aparición de las manchas en la piel. Por ello, es importante no dejar de usar fotoprotector a diario antes de salir de casa.

La piel grasa también se hidrata

La piel grasa, al igual que la piel seca o mixta, necesita hidratación. Cuando la piel está correctamente hidratada se forma una capa que protege a nuestra piel de los agentes externos, como puede ser el frío o la contaminación, provocando que esta no tenga que producir más sebo para proteger la piel. Para hidratar la piel grasa es importante elegir productos que en su formulación no utilicen componentes que puedan aumentar la producción de sebo. 

Extra de hidratación

La edad, estrés, alimentación y los efectos pasados del sol, son una combinación de factores importantes que provocan una mayor sequedad y opacidad en la piel. Es importante aplicar un extra de hidratación en estos casos con productos naturales ricos en en vitaminas y ácidos grasos esenciales que nutran y reparen el manto hidrolipídico y recuperen así la juventud y salud de la piel. El rostro, las manos y los labios, son zonas del cuerpo que normalmente se resienten más y necesitan ese extra de hidratación.

Cuidado con el maquillaje

El maquillaje en invierno es un gran aliado, pero es importante que, mientras ayude  a resaltar la belleza natural del  rostro, esté compuesto por ingredientes naturales que respeten la piel, la cuiden, la hidraten y la protejan del sol.

Elegir una rutina diaria correcta

“Tanto para prevenir los efectos de las bajas temperaturas en el cutis, como para recuperar la piel de estos factores. Poner en marcha una  buena rutina, es clave” detalla la experta. “La cosmética natural es una opción ideal para ello, ya que utilizar productos en nuestra piel que sean respetuosos con el medio ambiente y de los que se conozca la procedencia de todos sus ingredientes, ayuda a que nos sintamos mejor y mejores en todos los sentidos”

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