Con el objetivo de Intel, su compañía desarrolladora, de facilitar la transferencia de datos a decenas de metros de distancia y soportar cada vez mayores velocidades, se ha confirmado por estas horas que finalmente es muy posible que en los últimos meses del año presenciemos la salida al mercado de los cables con puertos Thunderbolt que incorporarán fibra óptica, dejando de lado entonces los de cobre, a los que estamos acostumbrados.
En principio, debemos decir que esto significa que se podrán construir cables más largos, ya que a pesar de que los conectores actuales con cables de cobre permiten una distancia máxima de 6 metros, los nuevos podrían permitir el alcance de hasta decenas de metros de longitud, y eso que la tecnología en cuestión aún puede mejorarse, y se estima que los anchos de banda serán cada vez superiores.
Tampoco se puede dejar de mencionar, por otro lado, que para quienes estén preocupados por la adaptación que esto pueda suponer a los actuales sistemas, se mantendrá la compatibilidad con los puertos ya existentes, por lo que los nuevos consumidores podrán comprar los productos tan pronto salgan al mercado y más tarde adaptarlos a la fibra óptica sin mayores problemas.
Pero, como todo, los nuevos sistemas debían mostrar alguna dificultad, y en este caso es que los dispositivos conectados requerirán de sus propias fuentes de alimentación, ya que si bien esta primera generación de Thunderbolt proporciona hasta 10 vatios de potencia, con la introducción de largos cables de fibra óptica se producirá una pérdida de potencia, causada por una “impedancia inducia”.
Finalmente, también se ha anunciado la intención de Intel de soportar el protocolo PCI-Express 3.0 en Thunderbolt. Hay que pensar en este caso que el mismo mueve información a 8 gigas por segundo frente los 5 gigas de PCIe 2.0, y es considerada la mejor alternativa a USB 3.0, con una velocidad de 10 Gbps, por lo que su adaptación sería una de las claves para alcanzar el éxito en el mercado.
