Hace no mucho tiempo, cada vez que en la televisión o en las vidrieras notábamos las publicidades de las clásicas zapatillas de running, que se diferencian por algunas características muy particulares, como su costo más elevado, o su forma, sabíamos que la intención de la firma era atraer a los hombres que salían a correr al parque o que realizaban diferentes deportes.
Por suerte, hoy somos conscientes de que muchos elementos de la vida cotidiana se han igualado para hombres y mujeres, y el caso de las zapatillas de running parece representativo de la realidad, considerando que ahora, cada vez que consultamos por este tipo de calzado, la primera pregunta de los vendedores, si intuyen que son para regalo, es si las queremos para hombre o mujer.
Lo primero que debes tener en cuenta en este sentido, es que aunque a veces no se note a simple vista, los modelos de zapatillas tienen sus características estéticas determinadas en función del sexo, incluyendo en este sentido elementos como por ejemplo la anatomía y estructura ósea, que al no ser iguales pueden provocar daños en pies, rodillas y caderas si se utilizan por el otro sexo.
Además, es importante considerar que la parte delantera del pie de una mujer es más ancho que en los hombres, pero es mucho más estrecho en el talón, y por eso verás que si comparas una zapatilla de running de mujer con una de hombre, la de hombre parece más alargadas, todos elementos que deberás pensar muy bien antes de adquirirla si no sabes si es para un sexo o el otro.
De todos modos, no queremos dejar pasar de largo que algunas mujeres con pies parecidos a los de los hombres, por ser más anchos, pueden llegar a utilizar las zapatillas de running de ellos, aunque siempre cuidando que el talón no se mueva demasiado en medio del ejercicio. Al fin y al cabo, lo importante es realizar la actividad física que nos interese.
