Lo más secreto es siempre lo que más atrae ( III )

 

Hay algo en la palabra secreto que enciende la curiosidad de la gente e incita su atención.

¿Qué relación tiene el secreto con el lenguaje? A veces cuando hablamos con alguien de confianza sentimos la dificultad de evitar que el secreto nuestro o de otra persona se manifieste, que literalmente se transforma en lenguaje. Es difícil retener el lenguaje. Los secretos se producen en diversas conexiones lingüísticas interesantes. La palabra secreto deriva del latín secretus: «apartado, escondido, oculto». Traicionar un secreto es «dejar escapar, descubrir, revelar o divulgar». Podemos ocasionalmente revelar un secreto «dejando caer» (alguna cosa). El término traición deriva del latín tradere: «entregar, rendir, dar». Comparte una dimensión moral que entra en juego cuando oímos algo acerca de la traición intencional de los secretos: «chismorrear, cotillear, delatar, denunciar». Está rodeado de expresiones como: «¡A mi no me lo cuentes!» o «No me vengas con chismorreos».

 

Hay también un lenguaje no verbal que rodea al secreto. A veces la promesa que nos piden que hagamos para guardar un secreto se plantea de forma muy sutil. Incluso no hace falta una promesa explícita. Ciertas costumbres sociales tienen un efecto similar. La frase sub rosa (bajo la rosa) significa «en secreto». La rosa era símbolo de secreto en el mundo antiguo. Por ejemplo, Cupido sobornó a Harpócrates, el dios del silencio, con una rosa, para que no descubriera los amores de Venus.

La traición de los secretos confiados es algo detestable que habla de una persona inmadura. En una amistad, lo más terrible que puede suceder es la traición de cosas que son verdaderamente personales, confidenciales y secretas. De forma similar, el cotilleo puede ser una forma de decir (traicionar) y construir (distorsionar) secretos.

 

Los enigmas, los rompecabezas, las adivinanzas, los misterios, están todos ellos asociados con el fenómeno del secreto. Los cuentos populares, leyendas y mitos abundan en historias de secretos.

La parábola más clara del secreto es probablemente la historia de Pandora, la primera mujer mortal. Zeus le dio una preciosa caja herméticamente cerrada que le prohibió abrir. Ésta fue incapaz de refrenar su deseo de descubrir el contenido secreto de la caja. Cuando lo hizo dejó salir todas las plagas y los males. La historia de Pandora nos enseña la fuerza increíble y el significado de los secretos en la vida humana. Éstos, una vez que se revelan, nunca se pueden recuperar. Hay secretos que desearíamos, después de conocidos, no haberlos sabido nunca.

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FUENTES:
Los secretos de la infancia. Intimidad, privacidad e identidad. Paidos Educador.
Privacidad y Publicidad. Artículo. Instituto Cervantes.
Pandora. Wikipedia

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