El otro día me escribió un chico de esos que conoces en una noche loca. Según él, hacía mucho que no nos veíamos. Yo diría que no nos veíamos desde el día en que nos conocimos.
Semanas antes, me escribía un chico con el que pude tener algo pero finalmente no tuvimos nada. Curiosamente al preguntarle qué tal todo me contó que estaba mal con la novia.
No se si a ti te pasa, pero para mi, es curioso ver cómo de vez en cuando vuelven a aparecer en mi vida algunos chicos, chicos con los que se perfectamente que no va a pasar absolutamente nada, chicos con los que por mucho que lo intente, siempre estarán en la lista de chicos que no fueron.
Esa lista está formada por todos aquellos chicos con los que sabía perfectamente que jamás pasaría algo, ni bueno ni malo, simplemente no pasaría nada. Esa lista de «chicos que no fueron» está compuesta por todos esos sapos que no te hizo falta besar para darte cuenta que no eran príncipes.
Creo que es bueno que esta clase de personas aparezcan de vez en cuando en tu vida. Porque ayudan a darte cuenta de cuanto has cambiado y de lo mucho que has avanzado y madurado. Miras atrás y ya no lloras pensando en lo que pudo haber sido, sino que miras al futuro y piensas que realmente es una suerte que eso no sucediera y que hay cosas que serían diferentes si no fuera por esas cosas que no sucedieron. Pero sin duda la principal enseñanza que te dejan estos chicos es que no te conformes con menos de lo que te mereces. Esa lista sirve para recordarte que eres más que lo que ellos vieron, y que mereces ser tratada como tal.
Por eso creo firmemente en que algún día esa lista dejará de engordar y que ese día será el día que podremos mirar a esa lista junto a otra persona que también tendrá una lista, y entre los dos crear una lista única llamada «la persona con la que si será»
