Hace algunos meses leía un artículo en el cual hablaban de explicaciones que no debes dar a nadie más que a ti mismo, y creo que es algo que hoy deberíamos tener mucho en cuenta. Parece que cada cosa que hacemos, cada decisión que tomamos es digna de estudio por las personas que nos rodean y que debemos justificarnos en todo. No es así y hoy te cuento porqué.
No tienes que darle explicaciones a nadie de la manera en la que eliges vivir tu vida, da igual si vives con tus padres o con cincuenta gatos. Tu eres quien toma las decisiones y elige cómo vives tu vida.
Tampoco debes dar explicaciones sobre tus ideas y por qué te hacen sentir cómodo. Cada uno tiene sus prioridades y mientras algunas van pensando en buscar el amor verdadero y para ello van de cama en cama, cosa que no me parece mal, otras están centradas en su trabajo y en su carrera laboral. Ambas cosas son tan respetables como quien quiere tener un hijo siendo adolescente.
¿No lo sientes? ¿Entonces por qué te disculpas? Si crees que te has equivocado y debes pedir disculpas hazlo. Pero si no lo sientes no te dejes apretar por la sociedad para pedir disculpas. Hay gente que necesita mucho tiempo para disculpar a otra persona y hay otras que en poco tiempo pueden perdonar.
Esta semana he necesitado tiempo a solas, ¿y sabes qué? es algo que yo he querido y por lo cual no tengo por qué justificarme. No es que sea una borde o una anti social, simplemente me apetecía disfrutar de la única compañía de una buena serie, mi cama y mis pensamientos. Eso no me hace ni mejor ni peor que hace una semana.
No creo en la suerte, pero si en el karma. Y es una cosa por la que tampoco tengo que excusarme ni esperar a que alguien apruebe. Creo en mi misma y en mi capacidad para tomar decisiones y formular pensamientos. Esto hace que tampoco crea que debo decir que sí a todo. Esto es muy simple. Tienen las mismas posibilidades de llevarse un NO rotundo un chico que no me atrae si me pide una cita un día cualquiera, que si me la pide un día cualquiera con un cuarteto de cuerda detrás. Así de sencillo. No me apetece, no me pareces atractivo, no me interesa. Aprende a decir que no de manera amable y no le deberás nada a nadie.
Hace cosa de unos meses me dió por cambiar mi castaño claro por un pelirrojo medio rosa. No fueron pocas las personas que me preguntaban que por qué lo hice o que si estaba loca, ¿sabes cual fue mi respuesta a todas? necesitaba un cambio y me apetecía. Y punto. No es ser borde, es simplemente que mi aspecto físico es algo que solo me tiene que preocupar a mi.
Hace algunas semanas recibí una noticia impactante, y me deprimí. Mi compañera de piso tuvo un gesto genial y fue irse a la otra punta de la ciudad a conseguirme galletas de chocolate sin gluten para que pudiera comérmelas. Su razonamiento fue muy sencillo: sabía que estabas mal y que necesitarías chocolate, y antes de que hagas alguna estupidez que nos haga acabar en urgencias porque eres celíaca, he decidio comprartelas yo y ya que estamos nos las comemos juntas. Dejando a un lado el gesto, que fue genial, hubo gente que no comprendía por qué me pasé dos días abrazada a un paquete de galletas con chocolate. Cuando me deprimo como chocolate, es la única razón aparente, y me da lo mismo que engorde que que no, es algo que me apetece hacer y por lo que no tengo por qué ser juzgada.
Ya que estoy hablando de cosas personales, tengo una amiga que le encanta mantener relaciones sexuales, pero sin embargo no le gustan las parejas. Por otro lado, tengo varias amigas que les encanta la vida en pareja. Ambas opciones son respetables y mientras lo hagan de manera sana, no tienen por qué justificarse por disfrutar de su vida como lo hacen.
Estudio publicidad y me encanta, pero me he cruzado con gente que se metía con mi elección profesional justificándose en que en la carrera me enseñan a vender humo. Puede que sea así, ¿y? ¿Acaso yo acuso a quienes estudian quimicas de que les enseñan a hacer bombas? No y es por la simple razón de que no me meto en la vida de los demás. Lo mismo se aplica a la política y a la religión.
El estado civil es algo que siempre me ha molestado mucho. Especialmente cuando dices que estás soltera y alguien te responde «¿y eso?». Estoy soltera, es una etapa de la vida y si decido estarlo una temporada o toda mi vida es elección mía. Soy mucho más que un estado civil.
Todas estas cosas creo que no merecen explicación alguna, ¿a ti se te ocurre alguna más?