¿Modelo de la prensa rosa?

 

Louella Oettinger Parsons (Freeport, 1893 – Santa Mónica, 1972)

Fue la infeliz casada provinciana que se convirtió en el terror de la prensa rosa de Hollywood. Esta periodista, rechoncha y fea, sonríe en la foto mostrando sus enormes dientes, amenazantes para sus víctimas y precursores del «bocado de vida» que daría a cada una de ellas, dada su maledicencia. Las estrellas, los directores y los productores estaban aterrorizados cada vez que abrían el periódico; era capaz de detener proyectos millonarios de las primeras productoras de Hollywood. Su poder duró cuarenta años. Su columna era traducida a más de 500 periódicos en todo el mundo, como la verdad absoluta acerca de la más profunda intimidad de los retratados.Todos temían el infierno de su conocido «tratamiento silencioso», su nombre, Louella, fue sustituido por su frase famosa: He-visto-lo-que-has-hecho Parsons.

Pero ¿que descubrió Louella y quién le ayudó a conseguirlo?

. Que cada uno, todos y cada uno de nosotros poseemos una intimidad que en su más estricta singularidad es tan sólo, o una tontería, o una suciedad inmunda.

· Que tratándose de un personaje público, esa inmundicia (por poco relevante que sea en su celebridad) deja de ser banal y se convierte en información.

· Que esa información debe ser mostrada.

· Que esa información debe ser juzgada por un árbitro competente.

· Que la opinión de ese árbitro es la verdad absoluta.

· Que el pronunciamiento de esa verdad debe tener consecuencias reales de premio o castigo.

La dialéctica es tan absurda como implacable, pero todavía hoy no tenemos más que encender nuestro televisor para corroborar su vigencia.  En el fondo, explica Truman Capote, el descubrimiento de Louella es tan simple como demoniaco; la intimidad, lo más secreto de lo secreto, lo vergonzoso, hace que la cotidianidad de las vidas ordinarias adquiera puntualmente relevancia.

Y como muy bien dice Andrés Barba (El País.com-12/11/2005): … el pecado es salvador porque colma de sentido, porque es el acontecimiento alrededor del cual todo gira. Pero más salvador que lo salvador, igual que el pecado es más secreto que lo secreto, es exponer al cadalso público a quien ha hecho lo mismo que yo y ha sido descubierto.

Es un hecho de la experiencia que cuando una persona ataca con bestial virulencia un defecto ajeno es porque ella misma posee ese mismo vicio en grado superlativo. Negar la bondad del caído, aniquilarle, es reconocer el fracaso de aquello hacia lo que ella misma tiende. Si Louella ataca con tanta ferocidad la promiscuidad, la adicción a la bebida y la envidia es precisamente porque ella misma era profundamente alcohólica y envidiosa.

Son muchos los que opinan que su carrera meteórica no hubiera sido posible sin el apoyo del magnate del periodismo Willian Randolph Hearst. Ella misma aseguró en sus memorias: Desde que comencé a trabajar para Randolph, el mundo se convirtió en mi ostra. Hollywood ponía la salsa.

Hay películas que ilustran este tema, entre ellas están:

· Ciudadano Kane, la obra maestra de Orson Wells
· El maullido del gato, del director Peter Bogdanovich
· R K O 281, dirigida por Benjamín Ross

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