La sensación de ardor o dolor en la lactancia, es muchas veces probable, una molestia para la madre que no tiene por qué perjudicar al bebé.
El dolor de los pezones, puede ser debido a que el lactante no se sujeta bien a él, algo muy fácil de solucionar, pues le puedes ayudar a apretar bien su boquita contra él desde que comienza a mamar. Has de bajarle la barbilla para que el pezón se coloque bien dentro del paladar. Su cabeza ha de estar bien inclinada hacia atrás, si lo está hacia adelante no le ayudará nada a succionar. El pezón ha de estar colocado exactamente entre su lengua y el paladar y no solo el pezón ha de estar dentro de su boca, sino toda la areola. Has de esperar el momento en que abra la boca para ayudarle a introducirlo.
Cuando la sensación de ardor o dolor no es en el momento de amamantar, sino cuando se sufre antes o después, puede que esto tenga una consecuencia de infección. El hongo que produce esta infección es llamado candidiasis. Esta infección es fácil de curar, pues es debida a la mala posición del bebé, sin embargo, durante su cura has de tomar medicinas y tendrás que interrumpir la lactancia durante un tiempo, además de ser precavida porque este hongo es contagioso. Cúralo bien porque has de encontrarte sana para tu bebé, para poder alimentarlo y que crezca sano y fuerte.
Coméntale siempre tus dolencias al doctor, pues él es el único que puede darte un buen remedio, los remedios caseros también son buenos, pero en algunos casos es mejor ir directamente al problema.
Fuente: pediatra al dia