El bienestar no sólo consiste en cuidarse físicamente, también está la parte psicológica que afecta en muchos aspectos diferentes de la vida, desde las relaciones de pareja, hasta las familiares o las de los niños. El día a día nos influye directamente.
Después de la maternidad, de la gestación, la sexualidad ha de volver a ser completa, algo que a muchas mujeres les resulta difícil y complicado. Esta fase ha sido tema de estudio por parte de especialistas y las conclusiones que se sacan es que la mujer es muy afectada por las emociones, algo que después de un embarazo está a flor de piel. La limitación del tiempo y el espacio son muy influyentes, además el sentirse a gusto consigo misma en cuanto a la imagen estética que ya no viene a ser la misma que la anterior al embarazo. El cuidado personal es muy importante en la mujer y el nuevo bebé les quita tiempo para ello, a partir de ahora, su tiempo se divide en dos. Un buen consejo es hablar con otras mujeres con la misma experiencia.
Las relaciones con la pareja, también son un condicionante para el estado emocional que afecta directamente al bienestar. La conducta que nos convierte en el ¿qué he hecho para que la relación cambie?, a veces no solo nos influye a nosotras, la relación es cosa de dos y nuestra pareja también puede estar influida por problemas, los cuales, hay que hablar y tratar entre los dos para solucionarlos, pues pueden ser ajenos o no a nosotros.
La conducta de los niños, también se aplica a nuestras emociones y sentimientos, cuando un niño es rebelde o reacciona de forma incorrecta a las situaciones, normalmente nos echamos la culpa a nosotros mismos. ¿Qué hemos hecho para que este niño se porte así?, esto se convierte en un auténtico quebradero de cabeza, el cual, es difícil de resolver.
Fuente: en plenitud
