¡Viva la igualdad!

¡Viva la igualdad! 1Pero podría vivir un poquito más cerca. Y es que miles de mujeres se han pasado la vida luchando por la igualdad entre hombres y mujeres, y parece que todavía hay gente que no se ha enterado.

Por ejemplo, mi jefe, pues para él, «igual da» que trabajes las mismas horas, tengas la misma categoría y las mismas responsabilidades, pues los hombres, siguen cobrando más dinero. ¡Eso es igual da y lo demás son tonterías!

Y el otro día, en una conversación, por llamarlo de alguna manera, con unos jóvenes con educación, cultura y yo pensaba que también cerebro, me sueltan que es normal que las empresas prefieran contratar hombres que mujeres, porque la mujer al fin y al cabo, siempre acabará trabajando menos, ya sea por la regla o por la baja maternal. ¡Y lo dijo sin ningún tipo de pudor!!! Pues yo casi que preferiría que mi jefe no viniera a trabajar cuando se le inflama un testículo, por decirlo en fino

Claro, ¿qué puedes hacer ante semejante burrada? ¿Meterle la regla por el ojal? ¿O aconsejarle a su madre que no vuelva a maternizarse para intentar evitar que vuelva a parir a un chaval tan irracional?

Y me encanta que en la mayoría de los programas, las azafatas lleven unos minúsculos trozos de tela dispuestos por el cuerpo fingiendo que son prendas de vestir, mientras que ellos van vestidos de la cabeza a los pies. Al menos, algún pasito hemos avanzado y ya hay algunos programas que tienen azafatos.

La verdad es que se hacen interminables debates sobre si el lenguaje es machista y quizás es lo que menos debería preocuparnos si lo que queremos es conseguir, realmente, una igualdad entre hombres y mujeres.

Creo que antes de aplicar leyes y normas deberíamos empezar por abrir nuestra mente, ampliar nuestra misión y cambiar muchos conceptos que nos hemos creado injustamente.

 

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