Relaciones

¿QUÉ HACEMOS LAS MUJERES CUANDO YA NADIE NOS MIRA?

Autor: gloria
Fecha: 10 Abr 2007
Tras la revolución social aparejada a la liberación de la mujer ha aparecido una nueva clase de mujeres: Las económicamente independientes, profesionales de prestigio o empresarias exitosas a las que la sociedad les da a escoger entre carrera o familia, una dicotomía que muchas veces desemboca en la soledad.

Parecería que, a partir de cierta edad, las mujeres nos volvemos invisibles. Los hombres dejan de interesarse por nosotras. Aparece entonces la soledad, la falta de cariño, el deseo insatisfecho. ¿Qué hacemos entonces? Hoy día, tener un gigoló es una de las soluciones.

Es un fenómeno innegable. Los anuncios ofreciendo este tipo de servicios están ahí, podemos verlos todos los días en cualquier periódico. Sin embargo, es prácticamente imposible encontrar a alguien que reconozca haberlos utilizado. ¿Por qué? ¿Qué clase de mujeres son las que pagan por sexo? Neus Arqués escribió su novela para responder a esta pregunta.

La clienta es Rosa, una cincuentona divorciada a la que su masajista le recomienda contratar a un gigoló para sacudirse la tristeza. La cosa se complica cuando Iván, el amante remunerado, se enamora de Bel, una treintañera desengañada.

– [i]Rosa termina recurriendo a un amante de pago porque no lo encuentra en sus relaciones sociales [/i]–nos dice Neus- [i]Si pudiera no pagar, Rosa no pagaría, pero… Bel, por su parte, es víctima de su propia invisibilidad: necesita la aprobación externa para sentirse bien.[/i]

Aunque el eje de la historia es la invisibilidad, el personaje de Bel nos mete de lleno en otro tema espinoso: la infidelidad. Sin falsos pudores ni moralinas, Neus nos pregunta: Qué es peor, ¿acostarse con el novio de tu mejor amiga o con un gigoló?

– [i]Las mujeres somos las mejores amigas… o las peores enemigas. Y, por desgracia, a veces nos traicionamos por un hombre.[/i]

¿Y que piensan los hombres de todo esto, Neus?

– [i]Me ha sorprendido constatar que la novela tiene muchos lectores hombres. Por sus comentarios en el blog de «Un hombre de pago» deduzco que la respuesta oscila entre el interés y la incomprensión. Tanto las mujeres como los hombres estamos desconcertados.[/i]

Tradicionalmente, el hombre es capaz de separar el sexo del amor, mientras que para la mujer lo uno es consecuencia irremediable de lo otro. Quizás esa norma no escrita también esté cambiando.

Por qué me gusta ser lesbiana

Autor: Rastri
Fecha: 28 Mar 2007
Hoy no es el día del orgullo gay. Pero hoy me apetece escribir sobre esto porque para mí cualquier día es bueno para sentir orgullo de las cosas que me importan.

En España parece que poco a poco estamos alcanzando cierta madurez a la hora de valorar y respetar a las personas homosexuales. No hace mucho se les trataba de enfermos. O degenerados, o desviados… Un sinfín de burradas que no hacían más que maltratar psicológicamente a gente normal, con sentimientos y metas en la vida.

Pensando en un Lorca, un Miguel Ángel, una Greta Garbo o una Martina Navratilova pienso en por qué las personas homosexuales no deben estar orgullosas de su condición o simplemente, no reciben la misma indiferencia con la que se miraría a una persona que proclamase abiertamente ser «Heterosexual».

¿Por qué hay un día del orgullo gay?

Mi opinión es clara: Hasta que TODAS LAS PERSONAS del mundo vean con iguales ojos a unos y a otros tiene que haber un orgullo especial para repudiar ese horrible desprecio.
Decir abiertamente «Soy lesbiana» es un paso que muchas mujeres no se atreven a dar por miedo al qué dirán, al desprecio, a las caras raras… y miestras esto exista, tiene que haber mujeres que griten bien alto y claro «Me gustan las mujeres, me gusta se lesbiana y me gusta ser mujer»
Para no pedir, sino, exigir respeto en un mundo hasta ahora necio y cerrado.

Safo, la primera poetisa griega conocida y también la primera lesbiana conocida, rendía culto a la Diosa Afrodita:

[i]¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,
inmortal Afrodita!
¡Hija de Zeus, sabia en las artes de amor, te suplico,
augusta diosa, no consientas que, en el dolor,
perezca mi alma!
Desciende a mis plegarias, como viniste otra vez,
dejando el palacio paterno, en tu carro de áureos atalajes.
Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,
a través de los aires agitados por el precipitado batir de sus alas.
Una vez junto a mí, ¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales,
preguntaste por qué te llamaba, qué pena tenía,
qué nuevo deseo agitaba mi pecho,
y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor.
Safo, me dijiste, ¿quién se atreve a injuriarte?
Si te rehuye, pronto te ha de buscar;
si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá él mismo.
Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees.
¡Ven a mí ahora también, líbrame de mis crueles tormentos!
¡Cumple los deseos de mi corazón, no me rehuses tu
ayuda todopoderosa!

Lamento:
Dulce madre mía, no puedo trabajar,
el huso se me cae de entre los dedos
Afrodita ha llenado mi corazón
de amor a un bello adolescente
y yo sucumbo a ese amor.[/i]

¿Por qué estás orgullosa de ser lesbiana?

¿Amor de madre?

Autor: yomujer
Fecha: 9 Mar 2007
El niño, que llegó a pesar cerca de 100 kg en Navidad, escupe todo lo que sean frutas y verduras y su madre se niega a poner un candado en el frigorífico, ya que entiende que si un niño no come otra cosa, hay que darle lo que le gusta, y que no se le puede matar de hambre. No obstante, adelgazó 10 kg al seguir los consejos médicos sobre variar su dieta y hacer ejercicio.

De esta forma logró que no le quitasen la custodia, que estuvo a punto de perder por negligencia en la alimentación de su hijo. Después de una reunión de varias horas de los Servicios Sociales con la madre, se decidió que el niño continuase con ella, con el acuerdo de proteger la salud y bienestar de aquél.

Sin embargo, hay quienes afirman que fue precisamente la madre, con problemas de depresión y desempleo, la que dio lugar a la polémica llevando a su hijo a un programa de televisión, en el que se hablaba de la problemática que sufría a causa de su obesidad, y que los Servicios Sociales siempre mantuvieron mucha discreción y nunca intentaron separarlos. Al parecer, la señora permitió que se grabase un día de la vida de su hijo y concedió entrevistas, en la que junto a la abuela, explicaba como el niño se pasaba horas delante del ordenador comiendo patatas, sandwiches, hamburguesas, chocolate, galletas, empanadas de salchichas y comida con salsa de curry.

No sabremos exactamente qué pasó; pero el hecho es que un niño de ocho años pesa 89 kg, que tiene que faltar al colegio por fatiga y vómitos, que le genera el esfuerzo de llegar, y que su madre lo llevó a la televisión, momento a partir del cual comenzó la polémica.

Vida en pareja: Cambios

Autor: yomujer
Fecha: 27 Feb 2007
Convivir con otra persona, sea pareja o no, no es fácil en muchas ocasiones. Lo vemos en las propias familias, en los pisos compartidos e incluso en el trabajo, en el que no existe esa convivencia. En todos ellos hay una especie de reglas, expresas o tácitas, para que las relaciones sean agradables y equitativas, Desde luego, casi siempre alguien falta a esas normas y comienzan los problemas, aunque también casi siempre suele haber alguien que intenta conciliar, que prefiere callar para evitar roces o que cede en beneficio del otro.

Cuando de una pareja se trata, generalmente uno cede más que el otro. Esto, después de un tiempo, puede acarrear desilusión, decepción y reproches, pese a que nadie le obligó y a que lo hizo, por tanto, voluntariamente para que la relación funcionase. Lo ideal sería que esos actos de cesión los hubiese por parte de los dos; pero lo ideal casi siempre es utópico.

A las mujeres se nos achaca querer cambiar a nuestra pareja en muchos aspectos: forma de vestir, reuniones familiares, asistencia a fiestas, codazos disimulados, pataditas por debajo de la mesa,…Algunos aceptan de buen grado; pero muchos se sienten coaccionados u obligados en cierta forma, porque piensan que no hacer caso a esas insinuaciones o proposiciones dará lugar a caras serias o a algún que otro “castigo”.

Pero los hombres también lo hacen, pues no faltan quienes se enfadan porque la mujer lleva una determinada prenda de vestir, ni quienes invitan a amigos a casa sin previo aviso.

Son ejemplos y hay muchos más, por supuesto: no tapar el frasco del gel, hacer zapping apoderándose del mando a distancia de la televisión, horarios diferentes, …

El cambio de uno mismo no tiene por qué ser malo, si es espontáneo, ya que es una forma de evolucionar: lo problemático es cuando se quiere cambiar al otro.

La adaptación del uno al otro en la vida en pareja forma parte de la relación misma, pues nadie es igual ni tiene exactamente los mismos gustos, aficiones, inquietudes o manías. Y esa adaptación en los primeros años, aunque difícil, quizás sea más llevadera, porque el entusiasmo inicial juega a favor, o tal vez en contra (según como se mire), en el sentido de que las renuncias y las acomodaciones al otro se suelen hacer con alegría, aunque cuesten; pero tal vez también esos primeros años marquen los comportamientos futuros; después, pasados éstos, puede ser la causa de una buena relación o todo lo contrario, dependiendo de cómo se haya llevado a cabo.

Mucho más se puede decir sobre el tema; pero prefiero que me ayudéis. ¿Os apetece?

Las diez cosas que más odio de San Valentín

Autor: Diana
Fecha: 14 Feb 2007
[b]1. [b]Ese [i]tsunami [/i]de corazoncitos rojos que de repente lo invade todo[/b] . había que empezar por lo obvio ¿no? De verdad ¿es necesario tanto corazón, tanto lacito, tanta brillantina? Se te pican las muelas con sólo salir a la calle ese día y oler el azúcar en el ambiente…

[b]2. Que al final, todo se reduce al regalo[/b]. No nos engañemos: si CocaCola inventó a Papá Noel, lo vistió de rojo y lo introdujo por las chimeneas en las casas de medio mundo, San Valentín y su omnipresente Cupido hace otro tanto en Febrero. Hombre, es que se estaban ya acabando las rebajas de Enero y había que tirar de algo para seguir aumentando las ventas. Además, últimamente ya no se estila eso de los bombones: ahora parece que lo suyo es regalar una escapada romántica de fin de semana, o similar. ¡Claro, cuesta mucho más caro!

[b]3. Las reposiciones de películas cursis en televisión[/b]. Si tengo que volver a ver «Love Story» una vez más, me pego un tiro; he avisado.
Pero ¿es que nadie se acuerda de Billy Wilder, por amor de dios? «Sabrina», «Vacaciones en Roma», «El partamento» o «Con faldas y a lo loco»… Y las hay más modernas: «Una habitación con vistas», «Cuando Harry encontró a Sally» En fin, una película que no recurra otra vez al chorreo de tópicos y la lágrima fácil.

[b]4. Si no estás enamorada eres una marciana[/b]. Vale, el amor es un sentimiento maravilloso y bla bla bla… pero ¿y si alguien no está enamorado? ¿Por qué tiene que soportar ese bombardeo? ¿Por qué hay que poner en un pedestal ese sentimiento si a lo mejor en este momento de tu vida no es tan importante?

[b]5. Si no tienes pareja estás incompleta[/b]. Esta es una de las cosas que más me fastidian de San Valentín… y del resto de los días: la sociedad ha decidido -al parecer- que el sestado natural del ser humano es la pareja. Así que, si por la razón que sea, no tienes pareja, es que algo te falta. Y la gente te compadece, te miran con lástima en las fiestas o reuniones de amigos, te buscan plan sin que tú lo pidas… Y no es resentimiento, conste: vivo felizmente en pareja (trío, en realidad: él, yo y la hipoteca; cuesta tanto que es como una más de la familia)

Pues resulta que puede ser muy bueno estar, al menos un tiempo, sin pareja, sobre todo para nosotras. Yo lo recomiendo. Será que nos educan siempre para complacer al hombre, para adaptarnos a él, para depender de él,… unos meses o añitos sin te pueden dar muchas claves sobre ti misma.

[b]6. Los especiales de las revistas[/b]. Ay, esas encuestas…»Cómo es tu hombre ideal» ([i]¡aaargh![/i]), «Cómo saber si estáis hechos el uno para el otro» ([i]¡aaaargh, aaaargh![/i]), «Cómo conquistar al hombre de tus sueños» ([i]¡mátame, mátame ya![/i]). ¡Ah! y esas «Grandes historias de amor» que vuelven a invadir las revistas estos días… «Lady Di y Carlos de Inglaterra» ¡Corred a vuestros kioskos!

[b]7. Los especiales de la televisión[/b]. ¡Por favor, otro especial «Sorpresa, sorpresa» no! Peores aún que los de las revistas, porque éstos se te metén en la salita sin avisar, entre zapping y zapping.

[b]8. Los ripios de las postales de regalo[/b]. Esas frases como: «Aunque dejes de quererme/
porque crees que no te quiero/ yo te seguiré queriendo./ Porque yo también te quiero.» Señores/as jefes/as de las empresas de postales: subid el salario a vuestr@s emplead@s.
Los lugares comunes sobre el amor, del tipo «Amar es no tener que decir nunca «lo siento» » o «Te quiero más que hoy pero menos que mañana». si alguien quiere hacer una declaración de amor, que deje de buscar la inspiración fuera y se concentre en su pareja, en las pequeñas cosas que le gustan de él o ella. Aunque no sea poesía de altura, al menos la otra persona notará que es sincero.

[b]9. Se fomentan los estereotipos de siempre[/b]: el hombre actuvo y la mujer pasiva. El hombre es quien debe declararse, o preparar el mejor regalo; la mujer, lo recibe. Además, ni en anuncios, ni en revistas, etc se recuerda que existen otros tipos de amor diferentes al de la joven pareja heterosexual: el amor en la madurez, el de dos hombres, el de dos mujeres, el de parejas interraciales…

[b]10. La artificialidad, esos corazones huecos[/b]: no es amor, al fin, lo que nos están vendiendo ese día por la radio y la televisión. El amor no es eso. No es algo tan perfecto, bonito y empalagoso como la pareja de muñecos de azúcar que corona un pastel de boda.

El amor es algo vivo, tibio, palpitante… algo que susurra y gime, que respira, que camina y acaricia, y lame y gime; que se asusta por las noches, que a veces araña, muerde y tiembla. Es oscuro también; es ácido como el regusto de un secreto. El amor es poliédrico, es uno y muchos, mezquino y egoísta, transparente y lúcido, amplio, terrenal, sensual, voraz, caníbal, a veces. No le sirve un manual de instrucciones, pues cada uno es diferente. Si en San Valentín se viera algo de esto, tal vez le concedería el indulto.

Cómo escribir una carta de amor

Autor: Diana
Fecha: 14 Feb 2007
[b]Diana P. Morales
Profesora de talleres literarios de [url]www.portaldelescritor.com[/url][/b]

No, no hablo de escribir una obra maestra de la literatura; simplemente de dos simples claves:

[b]1. Que la carta refleje nuestra admiración por esa persona en concreto, por sus pequeñas cosas, sus detalles e incluso sus defectillos[/b]. No es lo mismo decir “Me encantan tus ojos” (muchas personas tienen los ojos bonitos), que “me encanta que, cuando estamos frente al televisor, te vuelvas siempre para mirarme y me guiñes un ojo”.

Tienen que ser esos momentos precisos, concretos, palpables, los verdaderos protagonistas de la carta: [i]esas anécdotas[/i] (“Me enamoré de ti aquella vez que se te olvidaron las llaves y tuvimos que quedarnos a dormir en el parque”); [i]esos instantes que compartís[/i], incluso si aún no sois pareja (“Siempre te acuerdas de mandarme un sms para avisarme de que empieza la serie Anatomía de Grey”); [i]esos gestos que te encandilan[/i] (“cuando te muerdes el labio mientras te pintas las uñas”, “cuando frunces el ceño porque no te acuerdas de dónde has dejado las llaves”); [i]los diminutos recobecos de su cuerpo[/i] en los que adoras –o adorarías- perderte (“el lunar que hay en tu cuello, justo bajo tu oreja derecha”) o las frases que te han hecho vibrar desde su boca.

[b]Todo eso es mucho más preciado que valores abstractos que podrían servir para describir a cualquier persona [/b](“tu bondad, tu valor, tu sentido de la justicia, tu cariño…). Un truco para saber si estamos siendo lo suficientemente personales es que, al terminar la redacción de la carta, [u]subrayemos todas las palabras precisas que hay en ella, es decir, objetos o elementos que puedan verse, olerse o tocarse[/u] (la silla, el coche, el perfume, el plato de espaguetis, la mano derecha… NO pueden verse ni tocarse la inteligencia, la bondad, la admiración, la pasión, la virtud, etc Son conceptos abstractos.) Si tenemos toda nuestra carta llena de subrayados, enhorabuena, estamos incluyendo muchos detalles de la persona amada. Si sólo aparecen 6 ó 7 cosas subrayadas… mmm, nos estamos yendo por las ramas, no estamos siendo personales.

[b]2. Evitar los tópicos y los “lugares comunes”[/b]

Lo que hemos descrito antes, en teoría tan fácil, nos puede sorprender por su dificultad a la hora de intentar plasmarlo por escrito, sobre todo si no solemos escribir a menudo. Para empezar a escribir, os recomiendo que os dejéis llevar, sin pensar en la redacción, y hagáis [u]una lista de cosas, momentos, anécdotas, etc que os gustan de la otra persona[/u]. Muchas, treinta, cuarenta cosas, instantes, gestos, recuerdos comunes, etc… si es posible. Cuantas más, mejor (no debe ser difícil si estamos enamorad@s ¿no?) Así, ya tenemos después material para empezar la redacción.

Como esto puede ser algo complicado si no estamos acostumbrados a poner nuestros pensamientos o sentimientos por escrito, [b]es posible que se nos escapen esas frases o expresiones tópicas que, de tan oídas, nos chirrían [/b]y a la otra persona le van a parecer poco naturales y poco personales. Me refiero a coas como “te quiero más que hoy pero menos que mañana”, “me pierdo en tus ojos”, “me muero por ti”, “es tan grande lo que siento por ti…”, “sin ti la vida no tiene sentido”, “eres tan guapo/a”, “contigo a mi lado no necesito nada más”, “siento por ti un fuego que me consume”, “te querré hasta el fin de mis días”… Grandes declaraciones de sentimientos elevadísimos que, desgraciadamente, suenan huecas, porque ¡se las han dicho tantas personas unas a otras!

No, no intentéis expresar el amor en toda su magnitud, ni una gran metáfora que explique todo ese sentimiento (“mi amor por ti es…”) Los escritores llevan siglos intentándolo y sólo unos cuantos han llegado a dar un bosquejo. No busquéis la grandilocuencia; lo que tenga que salir, saldrá solo si os dejáis llevar por la vereda de las pequeñas cosas que conforman un todo único e inexplicable.

Por último, [b]dad un repaso a la carta. Que no tenga faltas de ortografía, que no se repitan muchas veces las mismas palabras [/b](“mi amor, lo mucho que te amo… no puedo expresar lo que significa amarte” o “cuando te vi, era como ver… y ahora te veo…”). usad el diccionario para evitarlo y también para corregir cualquier posible error ortográfico.

Os dejo con [b]extractos de algunas cartas de amor históricas[/b] que -¿por qué no?- todas ellas [b]están escritas por mujeres[/b]:

[pagebreak]

[b]Carta de Mary Godwin a Percy Bysshe Shelley [/b](Fragmento)
Diciembre 6 de 1816
Dulce elfo:
Esta mañana me levantó mi pequeño bebé, y estuve vestida con suficiente tiempo para tomar mi lección del señor West y –gracias a Dios-, terminar esa desagradable pintura sobre la que estuve tanto tiempo. He terminado el cuarto capítulo de Frankenstein, que es muy largo, y creo que podría gustarte. ¿Dónde estás? ¿qué estás haciendo? Mi amor bendito. Deseo y confío, por mi bien, que tú no salgas este horrible día… ¿Y qué piensa mi amor mientras viaja? ¿Piensa en nuestra casa, nuestro bebé, y su pobre Pecksie? Estoy segura de que lo haces, y piensas con alegría y esperanza. […]

[b]Carta de Ellen Terry a George Bernard Shaw [/b]

Querido, no he leído tu carta, pero debo decirte que me disgusta la gente que no es reservada, y vendrá a contarme de tus Janets y tus cosas y a ponerme mal, en tanto que yo sólo quiero saber si ellos piensan que tu -si nos encontráramos-, tendrías un terrible disgusto al hallar semejante cosa vieja, y tan diferente a la Ellen que has visto en el escenario. Soy muy pálida cuando estoy fuera del escenario, el rouge me favorece, y sé que tendré que usarlo si consiento en que me veas. Esto sería tan patético, porque ni siquiera el rouge haría que me admires lejos del escenario. Oh, qué maldición es ser una actriz!…
No puedo ir porque no soy linda.

[b]Carta de Emily Dickinson a Susan Gilbert [/b]

Están limpiando la casa hoy, Susie, y he hecho un rápido bosquejo de mi cuarto, donde con afecto, y contigo, yo pasaré esta, mis hora preciosa, más preciosa de todas las horas que marcan los días al vuelo, y el día tan querido, que por él cambio todo, y tan pronto como él pase, suspiraré por él otra vez
.
No puedo creer, Susie querida, que casi he permanecido sin tí un año entero; el tiempo parece a veces corto, y mi recuerdo de ti caliente como si te hubieras ido ayer, y otra vez si los años y los años recorrieran su camino silencioso, el tiempo parecería menos largo. Y ahora cómo pronto te tendré, te sostendré en mis brazos; perdonarás las lágrimas, Susie, acuden tan felices que no está en mi corazón reprenderlas y enviarlas a casa. No sé por qué es -pero hay algo en tu nombre, ahora estás tomando de mí, que llena mi corazón por completo, y mi ojo, también. No es que mencionarlo me aflija, no, Susie, pero pienso en cada «sitio soleado» donde nos hemos sentado juntos, y no sea que no haya no más; conjeturo que ese recuerdo me hace llorar.

Mattie estuvo aquí la tarde pasada, y nos sentamos en la piedra de la puerta delantera, y hablamos de vida y de amor, y susurramos nuestras suposiciones infantiles sobre tales cosas dichosas – la tarde se fue tan pronto, y caminé a casa con Mattie debajo de la luna silenciosa, y sólo faltabas tú, y el cielo. Tú no viniste, querida, pero un poquito de cielo sí , o eso nos pareció a, pues caminamos de un lado a otro y nos preguntábamos si ese gran bendición que puede ser nuestra alguna vez, se concederá ahora, a alguno. ¡Esas uniones, mi Susie querida, por las cuales dos vidas son una, esta adopción dulce y extraña en donde podemos mirar, y todavía no se admite, cómo puede llenar el corazón, y hacerlos en pandilla latir violentamente, cómo nos tomará un día, y nos hará suyos, y no existiremos lejos de él, sino que quedaremos quietas y seremos felices!

[b]Carta de Frida Khalo a Diego Rivera[/b]

Diego:

Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos.
Mi cuerpo se llena de ti por días y días.
Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra.
El hueco de tus axilas es mi refugio.
Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos

Mi Diego:
Espejo de la noche.
Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos.
Todo tú en el espacio lleno de sonidos – En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo el que capta el color. Yo Cromoforo – La que da el color.
Tú eres todas las combinaciones de números. La vida.
Mi deseo es entender la línea la forma el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.

[b]Carta de Vita Sackville-West a Virginia Wolf [/b]

Estoy reducida a un objeto que quiere a Virginia. Te escribí una carta hermosa en las horas de insomnia de pesadilla de la noche, y todo se ha ido: te extraño, en una manera humana, desesperada y bastante sencilla. Tú, con todas tus cartas sin boberías, nunca escribirías una frase tan elemental como esa; quizás ni siquiera lo sientes. Y aún más, creo que sientes un pequeño hueco. Pero lo vestirías en tan exquisita forma la frase que perdería un poco de su realidad. Mientras que conmigo es bastante absoluto: yo te extraño aún más de lo que podría haber creído; y estaba preparada para extrañarte mucho. Así que esta carta es apenas una protesta de dolor realmente. Es increíble cuán esencial a mí has llegado a ser. Supongo que estás acostumbrada a personas que dicen estas cosas. Maldita seas, criatura consentida; yo no haré que me ames nada más alejándome como ahora -Pero ah mi querida, yo no puedo ser astuta y reservado contigo: te quiero demasiado para eso. Demasiado sinceramente. No tienes la menor idea cuán reservada yo puedo ser con personas que yo no adoro. Lo he convertido en una de las bellas artes. Pero has roto mis defensas. Y yo no lo resiento realmente.
Sin embargo no te aburriré con más.
Hemos arrancado de nuevo, y el tren se sacude otra vez. Tendré que escribir en las estaciones – que afortunadamente son muchas a través de la llanura de Lombard.
Venecia.
Las estaciones eran muchas, pero yo no negocié el Oriente Express para parar en ellas. Y aquí estamos en Venecia durante diez minutos sólo, — un tiempo despreciable para tratar de escribir. Sin tiempo de comprar un sello italiano aún, así que esto tendrá que salir desde Trieste.
Las cataratas en Suiza se congelaron en sólidas cortinas iridiscentes de hielo, colgando sobre la piedra; tan encantador. E Italia todo cubierta de la nieve.
Arrancamos otra vez. Tendré que esperar hasta Trieste mañana por la mañana. Perdóname por favor por escribir una carta tan miserable.
V.

[b]Carta de amor, por Berna Wang
(ganadora del 1er concurso Antonio Villalba de Cartas de amor)[/b]

Son las cinco y diez de la madrugada, está a punto de pasar el primer autobús; entra una brisa fresca por la ventana del estudio que me araña los hombros. Y suena Gershwin, bajito y dulce: I want to stay here.
Se está acabando el paquete de cigarrillos que abrí mientras hablaba contigo por teléfono esta noche.
He visto en la televisión dos películas estupendas seguidas (La mujer del teniente francés y Manhattan), me he tomado dos vasos largos de Havanna Club con mucho hielo. La vela de jazmín que he encendido hace unas horas se ha consumido hace un rato.
De alguna manera (es absurdo, ya lo sé), estoy de guardia. Sosteniendo este extremo del universo para que no caiga sobre ti.
Un extremo donde suena la música (muy bajito), la madrugada de verano es hermosa y fresca, y la luz, suave. Donde el alcohol no hace daño y las sonrisas son dulces.
Ya sé que es absurdo, pero pienso que mientras esté aquí, despierta, no se desbaratará el cielo y la tierra seguirá girando bajo las estrellas con una cadencia perfecta.
Pienso que, mientras tú duermes, alguien debe vigilar para que las pesadillas no te toquen. Alguien debe tener la luz encendida y quererte. Aunque sea armada tan sólo del tercer vaso de ron con hielo y el enésimo cigarrillo. Cabalgando sobre la música de Wonderful. Aunque sea sin escudo… Vestida únicamente con una camiseta de seda azul. Y una sonrisa. A través de la larga noche.
Es absurdo, lo sé de sobra. Un clarinete no puede hacer nada frente a una tormenta de negrura y culpa, mi sonrisa no es nada si en este momento te giras en la cama y murmuras tu pesar entre sueños; Gershwin murió hace tiempo y además, con la música puesta, no oiré siquiera el autobús. Y si no oigo el autobús, puede que no amanezca nunca.
Y aun así, aquí estoy, sujetando mi extremo del universo, como si éste fuera, en lugar del caos, un arco geométricamente perfecto que pudieran sostener a pulso mis brazos desnudos. Al mismo tiempo que un cigarrillo y un vaso de ron. Absurdo, realmente.
They can’t take that away from me.
Un arco iris en medio de la lluvia, o unos labios curvados en una sonrisa. El arco de un violín. Un puente y, debajo, un río; o la luna en cuarto creciente y tú dormido en ella.
No veo la luna desde aquí y el eclipse parcial de Torre Picasso tras el edificio Windsor está ya (o aún) a oscuras. Ahora suena The man I love y es tan dulce el clarinete… Y el piano suena tan ligero como siento yo el corazón mientras estoy aquí, imaginándote a salvo.
Qué absurdo. ¿Cómo ponerte a salvo con un violín que preludia en la madrugada Someone to watch over me?
Tan absurdo como sacarte a bailar. Bueno: estás dormido. No puedes negarte. Te pregunto sin hablar: «¿Bailas?». Y tú sonríes, y te tomo de la mano, apoyo la otra en tu hombro y giramos, cerca, muy cerca, mientras el clarinete se eleva y amanece sobre Madrid. Y el autobús pasa por fin, trayendo el día, frena con estrépito en la esquina, mete la primera y prosigue su ruta calle abajo. Tu barba me roza la frente cuando la música se amansa y el piano retoma la melodía, acompañado de los violines. Y bailamos, despacio, sin prisas. Tú, soñando, y yo, despierta.
Escucha… No pienses: sólo escucha.
Dentro de un rato despertarás y no recordarás nada. Se apagarán las luces del edificio Windsor bajo el empuje de la luz del sol (el amanecer es ya una certeza, una franja ancha donde antes había una línea de claridad). Y entonces yo me iré a dormir. Comenzará un nuevo día lleno de ruidos, el mundo volverá a ser un caos sostenido sobre pilares lógicos y razonables en lugar de un arco sujetado, en este extremo, por mi sonrisa.
Huele bien la mañana recién hecha. Y la brisa es dulce sobre mis hombros. Es hermoso ver cómo es el mundo instantes antes de que sea real, con un trozo de hielo que se derrite con sabor a ron en la boca, mientras oigo que el reloj del vecino da las seis.
Pasa el segundo autobús, y se acaba el disco: otra versión de Someone to watch over me. Un portero guarda los cubos de basura haciéndolos rodar con desgana. La calle se despereza. Pasa un coche. Alguien sube una persiana. Ahora suena una moto. Y yo apuro el baile hasta que suene tu despertador y te despiertes y te olvides de que bailamos esta canción, este amanecer imposible de tan suave.
Estoy llorando, mi amor, y es de ternura. Y, seguramente, de ron. Pero son lágrimas dulces y porque me gusta cómo bailas y siento una mano en mi cintura y la otra sosteniendo la mía mientras giramos al mismo tiempo que la tierra. Al encuentro del día.
Pronto se acabará mi turno de guardia y el día entero se pondrá en pie. Se ha disparado una alarma en la calle y su sonido se superpone a las últimas notas de la canción. Voy a lavarme los dientes y a quitarme las lentillas y la camiseta.
Y a ponerme el alma porque ya llega el día.
Nos cruzamos debajo del arco, tú camino del trabajo y yo de la cama. Buenos días, mi amor.

San Valentín – El barómetro de la soledad

Autor: gloria
Fecha: 14 Feb 2007
Por la mañana, todo el mundo llega a la oficina y se pone a trabajar como si fuera un día cualquiera. Al poco rato, las chicas, una a una y como por casualidad, empiezan a sacar sus móviles del bolso y dejárselos olvidados encima de la mesa.

Pronto alguien que llega, o que no puede callarse más, introduce el tema. Todas creen que no es más que un ardid de las casas comerciales para vender, algunas ni se acordaban que era hoy. Pero otras reconocen que tienen planes, que discuten con las otras chicas. Siempre hay un marido romántico que saca a su mujer a cenar para celebrarlo, o incluso un fin de semana romántico.

A media mañana llega el primer ramo de flores. Las chicas felicitan a la agraciada, que sonríe de oreja a oreja, extasiada. Luego la ayudan a buscar algo donde ponerlo, y a colocarlo a la vista de todos. El resto de la mañana, cada vez que llega alguien la pregunta es obligada. “Es de fulanita”, dice el coro, mientras ella hace un tímido gesto de vergonzosa satisfacción.

Los mensajes a los móviles empiezan a llegar también. Primero con cuentagotas, pero pronto cada una tiene su SMS, con sus corazoncitos musicales, y sus parejas de conejitos regalándose flores. “Te quiero”, dicen todos. Por fin satisfechas, las chicas se enseñan las pantallas del móvil unas a otras, mientras comentan lo bueno que es su Manolo, o su Pepe, o su Federico.

Siempre hay alguna que todavía no lo ha recibido. El ceño se le acentúa cada vez más y en sus ojos hay un presagio de bronca doméstica. Siempre hay alguna que se ha separado hace poco y que mira los mensajes con nostalgia teñida de indiferencia. Siempre hay alguna que lo recibe por primera vez, y que lo mira con incredulidad, mientras suelta una risita nerviosa. Siempre hay alguna que lo recibe cuando no lo espera, y otra que lo espera aunque sabe que no lo va a recibir.

La otra cara de San Valentín

Autor: yomujer
Fecha: 14 Feb 2007
El día de San Valentín es el día del amor y la amistad; pero parece que a la segunda, base del primero y un sentimiento de los más nobles, se le deja de lado, cobrando el papel principal el amor; pero no un amor cualquiera, sino el de pareja y con pareja, así que los enamorados que no la tengan que se fastidien porque nada tienen que celebrar, que se limiten a mirar, aunque, claro, no tendrán muchas ganas de celebrar ese amor no correspondido solos. Pero…¿por qué no?. Pueden reunirse unas cuantas solitarias y reirse del mundo y del día de los enamorados: que no me quiere, pues él se lo pierde; con lo fantástica que soy, peor para él, y además no tengo que gastar dinero en un regalo más cursi que un guante lleno de corazones y frases ridículas, que inventan las casas comerciales.

“Te quiero”…le falta algo a esta frase: para mí. Y es que así es: “Te quiero, te amo para mí”. Como ese “para mí” no está garantizado, pues casi la celebración compartida del día 14 de Febrero no es tal, sino una celebración de cada uno porque en ese momento está encantado de que sea suyo el otro. Y si pensamos más, ambos celebran juntos esa posesión recíproca y admitida con alegría.

¿No sería más pura la celebración del amor por el amor, por estar enamorada sin más?. Pero claro, quien está enamorada y no tiene a quien decirle ese “te quiero (para mí)” y escucharlo de los labios del amado, lo celebraría más bien con lágrimas, mientras miraría con envidia sana (o no tan sana) a las parejas que juntas se declaran un amor a través del dinero.

Pues nada, que el día de San Valentín está lleno de contradicciones, de posesión y sufrimiento. ¿Celebramos eso, es digno de celebrar?

San Valentin

Autor: isabel
Fecha: 14 Feb 2007
Esas cosas que te hacen sentir culpables o…, FELICES

-No celebrar la navidad
-no acordarte de santos, cumpleaños, etc…
-no ir de vacaciones
-no volver de vacaciones
-no comprarte el último modelito
-no leer el último best seller
-no hacer dieta
-NO FELICITAR EL DÍA DE LOS ENAMORADOS, ETC…, ¿cuáles son las tuyas?

IDEAS PARA CELEBRAR ANTI-SAN VALENTÍN

Autor: Lau
Fecha: 14 Feb 2007
¡Es el momento! Ahora que tú y tus amigas estáis hartas de desamores y corazones rotos: tenéis que celebrarlo. Fecha: 14 de febrero. Sé la anfitriona y organiza en tu casa el mejor Anti-San Valentín.

INVITACIONES. Envía por mail una invitación para convocar a todas tus amigas.
Exige: ropa informal y un CD con el álbum más apestosamente romántico del artista más ñoño que encuentren. Día: 14 de febrero en tu casa.

DECORA: El espacio para la fiesta.
Haz guirnaldas con cartulinas de corazones rotos. Cuelga ropa interior de la que nunca te pones. Crea un anticlímax.
Mete en jarrones ramos de flores marchitas.
Haz un reservado con una clásica mesa decorada romántica: dos sillas, cena para dos, velas, flores, incienso….. Cada vez que llega una invitada se debe sentar sola a la mesa: hazle una foto (si es Polaroid mejor!!) puedes colgarlas por las paredes.

PREPARA: Aperitivos y dulces de todo tipo. Cocina todo lo que nunca tomas porque engorda: helados, bombones, chocolates, nata, mantequilla….mmmmmmh!

JUGAD: A juegos que previamente has dispuesto.
* Destrucción del Cd. Votad entre todas quién ha llevado el CD más repugnantemente romántico. Ejemplos: Alex Ubago, Luis Miguel, Bustamante….. El ganador tendrá el honor de ser destruido. La ganadora: doble ración de panchitos.
* Las Películas: Prepara en una urna una selección de títulos de las comedias románticas más pastelosas de Hollywood: «Algo para recordar», «Notting Hil»l, «La boda de mi mejor amigo»,» Mientras dormías», «Shakespeare enamorado», «Novia a la fuga»…. Haced dos equipos y jugad al clásico juego de las películas con mímica. Las ganadoras: doble ración de helado!
* ¿Quién soy? Recorta de revistas del corazón personajes famosos por sus escarceos amorosos: Anita Obregón, Marlene Morreau, Paris Hilton, Conde Lequio, Jesulín de Ubrique… cada invitada debe pegarse una foto de un personaje en la frente (sin verlo) y debe adivinar quién es. Se debe preguntar tipo: ¿Soy hombre ó mujer? ¿Me he acostado con la Estaban? Sólo se puede responder sí ó no. La ganadora: doble ración de helado.

Con éste San Valentín tan especial no encontraréis el amor, pero os habréis reído un rato.

Y no olvidéis añadirnos comentarios de cómo resultó el gran día de ANTI SAN VALENTÍN.

Scroll al inicio