Actualidad

Coincidencias

Autor: isabel
Fecha: 27 Sep 2007
La realidad: a primera hora las noticias de la radio sobre la rebelión de los monjes budistas, además de relatar los últimos acontecimientos, resaltan que gracias a la técnica: Internet y móviles con cámara, tenemos conocimiento de lo que ocurre en esa parte del mundo.

Para situarnos, Myanmar, estado del sureste de Asia denominado hasta 1987 Birmania, limita al oeste con India y Bangladesh. Su población está constituida en un 69% por birmanos originarios del Tibet que han desempeñado el papel de unificadores de la nación. El budismo predomina como religión en un 89,4%.

El país, eminentemente agrícola, posee yacimientos petrolíferos que cubren sus necesidades energéticas y explotaciones mineras de estaño, antimonio, níquel y wolframio.

La inestabilidad política unida a constantes luchas intestinas se han intercalado hasta las elecciones generales de mayo de 1990, en la que la Liga Nacional por la democracia obtuvo 396 de los 485 escaños del parlamento, pero la Junta Militar se negó a entregarle el poder.

Aung San Suu Kyi, premio nobel de la paz y lider de la oposición fue arrestada en varias ocasiones. En la actualidad son los monjes budistas los que se rebelan ante la dictadura militar. En televisión se ha podido escuchar su argumentación: ellos tienen menos que perder por tanto tienen más libertad para hacerlo. Los motivos: la defensa de los más débiles ante la tremenda corrupción del país.

La ficción: en la sobremesa, una cadena de televisión dentro de su programación emite la película “La amenaza invisible. Stealth”, acción y ciencia-ficción sobre el futuro de la guerra digital. Nada que destacar en ella, excepto que en la obsesión de la amenaza terrorista y dentro de la ficción: “el vehículo aéreo de combate no tripulado, EDI” recibe misión de atacar la reunión de una célula terrorista precisamente en el escenario que ocupa hoy la actualidad: Myanmar y sobre Rangún, actual Yangun. En una escena de la película se puede ver perfectamente el mapa de la zona. Extraña y curiosa coincidencia.

Datos extraídos de La enciclopedia Salvat.

http://solidaridad.universia.es/informacion/nobelaung.htm

http://www.labutaca.net/films/34/stealth.htm

La agitación financiera global.

Autor: isabel
Fecha: 24 Sep 2007
Los mercados de dinero, aquellos donde los bancos se prestan entre sí, no están funcionando correctamente. En estos días la prensa económica da buena cuenta de ello.

La crisis originada en EE UU a principios de agosto por las hipotecas de alto riesgo ha generado desconfianza en el mercado mayorista: las entidades no se prestan dinero unas a otras porque creen que aquel que pide el dinero puede estar contaminado, y tener dificultades para devolverlo. O, quizás, porque ellas mismas lo pueden necesitar.

Esto influyó en el mercado minoritario ante la hipótesis de que se iban a endurecer las concesiones de crédito a particulares y empresa. La semana pasada vimos largas colas en un banco de Londres, el Northern Rock, y esto generó aún más desconfianza.

Tanto una crisis como otra llevó a que se tomaran medidas rápidamente: el Banco Central Europeo anunció que iba a inyectar cientos de miles de millones de euros en los mercados de crédito para prevenir el descalabro de éstos.

El gobierno británico, de la noche a la mañana, cambió las normas de garantía de los depósitos asegurando el 100% de éstos debido a las colas de personas que se han visto retirando su dinero.

La Reserva Federal cogió los remos y salió al rescate del barco antes de que éste se hunda: los tipos de interés están ahora medio punto más bajos que antes del verano, pero muchos analistas opinan que este recorte es insuficiente para que lo sienta el consumidor en sus créditos.

Los analistas económicos no dan soluciones porque no saben cuál es el verdadero alcance de la desaceleración americana, no obstante, la debilidad del dólar les está ayudando para la exportación de sus productos.

Los daños sobre el crecimiento económico van a ser proporcionales a lo que tarde en clarificarse la extensión de un problema que no es precisamente local. Sin embargo, el problema de las crisis financieras es que siempre pagan justos por pecadores.

Todo esto debería, al menos, hacernos pensar que los ciclos económicos fluctúan, cosa que no se tiene en cuenta ante la fiebre inversora o la conquista del dinero sin apenas esfuerzo y, a veces, es preferible guardar el poco dinero sobrante debajo de un ladrillo y no en él, como no dejarse engatusar por los Gescartera y Afinsa de turno.

Mueren dos soldados españoles y un intérprete afgano

Autor: Olga
Fecha: 24 Sep 2007
El vehículo en el que viajaban estos soldados de la brigada paracaidista española (BRIPAC) acompañados de un intérprete, pisó una mina con la rueda trasera.

El ministro de defensa presentó ya sus condolencias y recuerda que esta misión en Afganistán está respaldada por la ONU y apoyada por el parlamento.

Desde 1989 van 137 muertos; 85 de ellos, en Afganistán.

Desde Yomujer, nuestro más sentido pésame a las familias. Sobre todo, a las madres, hermanas, esposas e hijas.

El verano llegó a su fin

Autor: Zaida
Fecha: 3 Sep 2007
Fin del verano. Ya son pocos los que disfrutan de sus vacaciones mientras que la mayor parte de la gente comienza a estresarse con la rutina diaria.

Son días de cansancio, pero de cargar las pilas organizando el armario, guardando las maletas hasta el año que viene y de comprar una agenda para los largos días de septiembre que se nos avecinan…

Por alguna razón, todos nos llenamos de nuevos propósitos para emprender con este nuevo curso. Bien puede ser ir al gimnasio ( a pesar de que las matrículas de la mayoría de los centros suban este mes los precios ), mejorar inglés, terminar tareas pendientes o comenzar uno de los cientos de coleccionables que plagan los quioscos en este mes… El caso es que, siendo realistas, más de la mitad de nuestras intenciones se esfumarán en octubre y volverán a hacer mella en nuestras vidas en…¡¡Diciembre!!

Lo cierto es que septiembre es mes de cambio, de propósitos y de incrementar el bolsillo para algunos sectores. La hostelería nota un bajón económico mientras que las librerías y centros comerciales llenan las cajas sin parar gracias a los libros, uniformes, material escolar y de la compra de los necesarios para el día a día. Profesiones como los psicólogos o como los abogados son también un sector beneficiado por septiembre, puesto que las vacaciones, no siempre acaban bien…

Sea lo que sea, el veranó tocó a su fin y que cada uno, lo lleve lo mejor que pueda… ¿Cuáles son vuestros propósitos?

Cierre a Internet

Autor: Stela
Fecha: 3 Ago 2007
Como el que pide que pongamos el aire acondicionado a 25º para menores consumos y emisiones de CO2.
¿Cómo pensará este buen hombre “cerrar internet”? ¿Dónde está la puerta? Bueno, no me extrañaría nada que él supiese dónde está, de hecho mi hermana aseguraba que ella “Se había acabado internet” como el que se acaba un libro, fue presentarle el “StumbleUpon” y conocer un nuevo mundo. Pues Elton, cree que hay un final de internet, una valla y una puerta en la que echar un candado, o eso o un interruptor que apagamos por cinco años y se acabó.

Podría entender la lógica de su petición si la basase en la elevada posibilidad de acceso a contenidos sexualmente explícitos, ahí están los pederastas, o explícitamente violentos, delictivos o discriminatorios, por poner algunos ejemplos. El motivo de Elton es más mundano, publicó su obra en internet, libre y deliberadamente, y ahora ve disminuir la venta de sus discos ¿Cuál ha sido su respuesta? Yo imaginaba de alguien tan original que se le ocurriese incluir en su disco contenidos más allá del audio, que ya te puedes descargar, bueno, probablemente ahora no, o qué se yo… una foto inédita de Lady Di… no, se le ha ocurrido cerrar internet (no paro de repetirlo porque no consigo que me entre en la cabeza). Dice que ahora la gente ya no sale de su casa a crear, lo hacen sentados delante de su PC, en solitario y no en compañía. Elton, te equivocas, por poder puedes usar el ordenador en un parque, si tiene WiFI mejor. Por trabajar en compañía, puedes trabajar con miles de personas, si no échale un ojo a las comunidades de Open Source. Sin duda es nocivo no tener que estar todos en el mismo sitio a la vez trabajando en una melodía, en su caso, que cada uno trabaje con su equipo, a su ritmo, y respirando el aire que más le apetezca es una modernez innecesaria, a juicio de Sir Elton John…

Alega, el sir, que los internautas nos quedamos en casa blogeando en lugar de salir a la calle a protestar. Elton, eso depende, a mí tus declaraciones me dan para unos pocos post, pero no saldré a la calle por ellas, si lo dijese Lars Ulrich que consiguió cargarse Napster, espero no darles ideas.

Pero ¿qué les entra a todos los cantantes con los derechos de autor, y con el número de discos vendidos? A ciertas edades es más cómodo sacar un disco que hacer una gira de conciertos, pero mira, ahí están los Rolling, y ganan mucho más en una gira que si toda la gente que fuera a sus conciertos realmente se hubiera comprado sus discos, a 90 € la entrada, podemos hacer el cálculo.

Dice Elton «Hay disponible mucha tecnología. Yo no tengo teléfono móvil ni iPod. Soy el mayor tecnófobo de todos los tiempos», Elton, si aceptas un consejo, sal de nuevo del armario, y conéctate, igual ves la inmensidad de posibilidades que brinda la tecnología, no sólo los transplantes de corazón, también para compartir nuestro trabajo y que se difunda o nos ayuden a mejorarlo.
Internet no acabará con nada, como no acabaron con el cine, ni la tele, ni el vídeo, pero lo que sí viene con internet es una revolución, una nueva forma de entretenimiento, de difusión de materiales quizá, la solución está más en buscar métodos de aprovecharse de la red y no tanto demonizarla.

La homofobia a debate en Italia.

Autor: Olga
Fecha: 29 Jul 2007
Todos los periódicos italianos esta mañana recogían esta noticia:
A las dos de la madrugada, una [b]pareja de «carabinieri»[/b] (policía nacional), [b]arresta a una pareja por escándalo público delante del Coliseo romano. [/b]Las exposiciones de arrestados y policías son totalmente opuestas y por eso, ahora [b]el debate está en la calle.[/b]

[b]Los policías [/b]afirman que esta pareja estaba realizando [b]sexo oral [/b]y tocamientos obscenos en una vía pública tan transitada como son las [b]imediaciones del Coliseo[/b].

[b]Los chicos[/b], Roberto e Michele, alegan que estaban solamente besándose, como cualquier otra pareja de enamorados.

Estaban completamente vestidos cuando los arrestaron, por lo tanto, no cabe la posibilidad de sexo oral.

La comunidad en defensa de los derechos de los gays y lesbianas en Italia ha organizado un [b]beso colectivo y multitudinario delante del Coliseo[/b] para que los carabinieri tengan que arrestarlos a todos. Esta bonita forma de manifestarse está sucediendo en este momento (noche del 29 de julio) y se repetirá el [b]día 2 de Agosto [/b]en el mismo sitio.

En la calle se escucha de todo. Desde que los hombres son más dados a dejarse llevar por sus impulsos y por lo tanto seguramente estaban haciendo algo, hasta que deberían arrestar a los policías por abuso de poder.

Yo, sinceramente, estoy más cerca de lo segundo. Aunque los jóvenes estuviesen haciendo algo más que manitas, dudo mucho que llegasen al punto de escándalo. La [b]discrminación es clara[/b]. Y digo más: en Italia, bajo mi punto de vista, les falta aún bastante en la carrera de la aceptación social de la homosexualidad. Aunque, menos mal, hay colectivos fuertes de defensa y buenos medios para difundir este tipo de manifestaciones, a mi parecer, de lo mas original y bonita.

[b]Si venís a Roma el dos de Agosto, nos damos un beso delante del Coliseo[/b].

Los feminismos a través de la historia II

Autor: yomujer
Fecha: 25 Jul 2007
[b]a) Las raíces ilustradas y la Revolución Francesa [/b]

Diferentes autoras, como Geneviève Fraisse y Celia Amorós, han coincidido en señalar la obra del filósofo cartesiano Poulain de la Barre y los movimientos de mujeres y feministas que tuvieron lugar durante la Revolución Francesa como dos momentos clave -teórico uno, práctico el otro- en la articulación del feminismo moderno. Así, en el texto de Poulain de la Barre titulado Sobre la igualdad de los sexos y publicado en 1673 -en pleno auge del movimiento de preciosas- sería la primera obra feminista que se centra explícitamente en fundamentar la demanda de igualdad sexual. Fraisse ha señalado que con esta obra estaríamos asistiendo a un verdadero cambio en el estatuto epistemológico de la controversia o «guerra entre los sexos»: «la comparación entre el hombre y la mujer abandona el centro del debate, y se hace posible una reflexión sobre la igualdad» (8). Por su parte, Amorós encuadra la obra de Poulain en el contexto más amplio de la Ilustración. Aun reconociendo el carácter pionero y específico de la obra, ésta forma parte de un continuo feminista que se caracteriza por radicalizar o universalizar la lógica de la razón, racionalista primero e ilustrada después. Asimismo, mantiene que el feminismo como cuerpo coherente de vindicaciones y como proyecto político capaz de constituir un sujeto revolucionario colectivo, sólo puede articularse teóricamente a partir de premisas ilustradas: premisas que afirman que todos los hombres nacen libres e iguales y, por tanto, con los mismos derechos. Aun cuando las mujeres queden inicialmente fuera del proyecto igualatorio -tal y como sucedió en la susodicha Francia revolucionaria y en todas las democracias del siglo XIX y buena parte del XX-, la demanda de universalidad que caracteriza a la razón ilustrada puede ser utilizada para irracionalizar sus usos interesados e ilegítimos, en este caso patriarcales. En este sentido, afirma que el feminismo supone la efectiva radicalización de proyecto igualitario ilustrado. La razón ilustrada, razón fundamentalmente crítica, posee la capacidad de volver sobre sí misma y detectar sus propias contradicciones (9). Y así la utilizaron las mujeres de la Revolución Francesa cuando observaron con estupor cómo el nuevo Estado revolucionario no encontraba contradicción alguna en pregonar a los cuatro vientos la igualdad universal y dejar sin derechos civiles y políticos a todas las mujeres.

En la Revolución Francesa veremos aparecer no sólo el fuerte protagonismo de las mujeres en los sucesos revolucionarios, sino la aparición de las más contundentes demandas de igualdad sexual. La convocatoria de los Estados Generales por parte de Luis XVI se constituyó en el prólogo de la revolución. Los tres estados -nobleza, clero y pueblo- se reunieron a redactar sus quejas para presentarlas al rey. Las mujeres quedaron excluidas, y comenzaron a redactar sus propios «cahiers de doléance». Con ellos, las mujeres, que se autodenominaron «el tercer Estado del tercer Estado», mostraron su clara conciencia de colectivo oprimido y del carácter «interestamental» de su opresión (10).

Tres meses después de la toma de la Bastilla, las mujeres parisinas protagonizaron la crucial marcha hacia Versalles, y trasladaron al rey a París, donde le sería más difícil evadir los grandes problemas del pueblo. Como comenta Paule-Marie Duhet, en su obra Las mujeres y la Revolución, una vez que las mujeres habían sentado el precedente de iniciar un movimiento popular armado, no iban a cejar en su afán de no ser retiradas de la vida política (11). Pronto se formaron clubes de mujeres, en los que plasmaron efectivamente su voluntad de participación. Uno de los más importantes y radicales fue el dirigido por Claire Lecombe y Pauline Léon: la Société Républicaine Révolutionnaire. Impulsadas por su auténtico protagonismo y el reconocimiento público del mismo, otras mujeres como Théroigne de Méricourt no dudaron en defender y ejercer el derecho a formar parte del ejército.

Sin embargo, pronto se comprobó que una cosa era que la República agradeciese y condecorase a las mujeres por los servicios prestados y otra que estuviera dispuesta a reconocerles otra función de que la de madres y esposas (de los ciudadanos). En consecuencia, fue desestimada la petición de Condorcet de que la nueva República educase igualmente a las mujeres y los varones, y la misma suerte corrió uno de los mejores alegatos feministas de la época, su escrito de 1790 Sobre la admisión de las mujeres al derecho de ciudadanía.

Seguramente uno de los momentos más lúcidos en la paulatina toma de conciencia feminista de las mujeres está en la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, en 1791. Su autora fue Olympe de Gouges, una mujer del pueblo y de tendencias políticas moderadas, que dedicó la declaración a la reina María Antonieta, con quien finalmente compartiría un mismo destino bajo la guillotina. Este es su veredicto sobre el hombre: «Extraño, ciego, hinchado de ciencias y degenerado, en este siglo de luces y de sagacidad, en la ignorancia más crasa, quiere mandar como un déspota sobre un sexo que recibió todas las facultades intelectuales y pretende gozar de la revolución y reclamar sus derechos a la igualdad, para decirlo de una vez por todas» (12). En 1792, la inglesa Mary Wollstonecraft redactará en pocas semanas la célebre Vindicación de los derechos de la mujer. Las mujeres habían comenzado exponiendo sus reivindicaciones en los cuadernos de quejas y terminan afirmando orgullosamente sus derechos. La transformación respecto a los siglos anteriores, como acertadamente ha sintetizado Fraisse, significa el paso del gesto individual al movimiento colectivo: la querella es llevada a la plaza pública y toma la forma de un debate democrático: se convierte por vez primera de forma explícita en una cuestión política (13).

Sin embargo, la Revolución Francesa supuso una amarga y seguramente inesperada, derrota para el feminismo. Los clubes de mujeres fueron cerrados por los jacobinos en 1793, y en 1794 se prohibió explícitamente la presencia de mujeres en cualquier tipo de actividad política. Las que se habían significado en su participación política, fuese cual fuese su adscripción ideológica, compartieron el mismo final: la guillotina o el exilio. Las más lúgubres predicciones se habían cumplido ampliamente: las mujeres no podían subir a la tribuna, pero sí al cadalso. ¿Cuál era su falta? La prensa revolucionaria de la época lo explica muy claramente: habían transgredido las leyes de la naturaleza abjurando su destino de madres y esposas, queriendo ser «hombres de Estado». El nuevo código civil napoleónico, cuya extraordinaria influencia ha llegado prácticamente a nuestros días, se encargaría de plasmar legalmente dicha «ley natural».

[b]b) Feminismo decimonónico[/b]

En el siglo XIX, el siglo de los grandes movimientos sociales emancipatorios, el feminismo aparece, por primera vez, como un movimiento social de carácter internacional, con una identidad autónoma teórica y organizativa. Además, ocupará un lugar importante en el seno de los otros grandes movimientos sociales, los diferentes socialismos y el anarquismo.

Estos movimientos heredaron en buena medida las demandas igualitarias de la Ilustración, pero surgieron para dar respuesta a los acuciantes problemas que estaban generando la revolución industrial y el capitalismo. El desarrollo de las democracias censitarias y el decisivo hecho de la industrialización suscitaron enormes expectativas respecto al progreso de la humanidad, y de llegó a pensar que el fin de la escasez material estaba cercano. Sin embargo, estas esperanzas chocaron frontalmente con la realidad. Por un lado, a las mujeres se les negaban los derechos civiles y políticos más básicos, segando de sus vidas cualquier atisbo de autonomía personal. Por otro, el proletariado -y lógicamente las mujeres proletarias- quedaba totalmente al margen de la riqueza producida por la industria, y su situación de degradación y miseria se convirtió en uno de los hechos más sangrantes del nuevo orden social. Estas contradicciones fueron el caldo de cultivo de las teorías emancipadoras y los movimientos sociales del XIX.

[b]c) El movimiento sufragista [/b]

Como se señala habitualmente, el capitalismo alteró las relaciones entre los sexos. El nuevo sistema económico incorporó masivamente a las mujeres proletarias al trabajo industrial -mano de obra más barata y sumisa que los varones-, pero, en la burguesía, la clase social ascendente, se dio el fenómeno contrario. Las mujeres quedaron enclaustradas en un hogar que era, cada vez más, símbolo del status y éxito laboral del varón. Las mujeres, mayormente las de burguesía media, experimentaban con creciente indignación su situación de propiedad legal de sus maridos y su marginación de la educación y las profesiones liberales, marginación que, en muchas ocasiones, las conducía inevitablemente, si no contraían matrimonio, a la pobreza.

En este contexto, las mujeres comenzaron a organizarse en torno a la reivindicación del derecho al sufragio, lo que explica su denominación como sufragistas. Esto no debe entenderse nunca en el sentido de que ésa fuese su única reivindicación. Muy al contrario, las sufragistas luchaban por la igualdad en todos los terrenos apelando a la auténtica universalización de los valores democráticos y liberales. Sin embargo, y desde un punto de vista estratégico, consideraban que, una vez conseguido el voto y el acceso al parlamento, podrían comenzar a cambiar el resto de las leyes e instituciones. Además, el voto era un medio de unir a mujeres de opiniones políticas muy diferentes. Su movimiento era de carácter interclasista, pues consideraban que todas las mujeres sufrían en cuanto mujeres, e independientemente de su clase social, discriminaciones semejantes.

En Estados Unidos, el movimiento sufragista estuvo inicialmente muy relacionado con el movimiento abolicionista. Gran número de mujeres unieron sus fuerzas para combatir en la lucha contra la esclavitud y, como señala Sheyla Rowbotham, no sólo aprendieron a organizarse, sino a observar las similitudes de su situación con la de esclavitud (14). En 1848, en el Estado de Nueva York, se aprobó la Declaración de Seneca Falls, uno de los textos fundacionales del sufragismo (15). Los argumentos que se utilizan para vindicar la igualdad de los sexos son de corte ilustrado: apelan a la ley natural como fuente de derechos para toda la especie humana, y a la razón y al buen sentido de la humanidad como armas contra el prejuicio y la costumbre. También cabe señalar de nuevo la importancia del trasfondo individualista de la religión protestante; como ha señalado Richard Evans: «La creencia protestante en el derecho de todos los hombres y mujeres a trabajar individualmente por su propia salvación proporcionaría un a seguridad indispensable, y a menudo realmente una auténtica inspiración, a muchas, si no a casi todas las luchadoras de las campañas feministas del siglo XIX» (16). Elizabeth Cady Stanton, la autora de La Biblia de las mujeres, y Susan B. Anthony, fueron dos de las más significativas sufragistas estadounidenses.

En Europa, el movimiento sufragista inglés fue el más potente y radical. Desde 1866, en que el diputado John Stuart Mill, autor de La sujeción de la mujer, presentó la primera petición a favor del voto femenino en el Parlamento, no dejaron de sucederse iniciativas políticas. Sin embargo, los esfuerzos dirigidos a convencer y persuadir a los políticos de la legitimidad de los derechos políticos de las mujeres provocaban burlas e indiferencia. En consecuencia, el movimiento sufragista dirigió su estrategia a acciones más radicales. Aunque, como bien ha matizado Rowbotham: «las tácticas militantes de la Unión habían nacido de la desesperación, después de años de paciente constitucionalismo» (17). Las sufragistas fueron encarceladas, protagonizaron huelgas de hambre y alguna encontró la muerte defendiendo su máxima: «votos para las mujeres». Tendría que pasar la Primera Guerra Mundial y llegar el año 1928 para que las mujeres inglesas pudiesen votar en igualdad de condiciones.

[b]d) El feminismo socialista [/b]

El socialismo como corriente de pensamiento siempre ha tenido en cuenta la situación de las mujeres a la hora de analizar lo sociedad y proyectar el futuro. Esto no significa que el socialismo sea necesariamente feminista, sino que en el siglo XIX comenzaba a resultar difícil abanderar proyectos igualitarios radicales sin tener en cuenta a la mitad de la humanidad.

Los socialistas utópicos fueron los primeros en abordar el tema de la mujer. El nervio de su pensamiento, como el de todo socialismo, arranca de la miserable situación económica y social en que vivía la clase trabajadora. En general, proponen la vuelta a pequeñas comunidades en que pueda existir cierta autogestión -los falansterios de Fourier- y se desarrolle la cooperación humana en un régimen de igualdad que afecte también a los sexos. Sin embargo, y a pesar de reconocer la necesidad de independencia económica de las mujeres, a veces no fueron lo suficientemente críticos con la división sexual del trabajo. Aun así, su rechazo a la sujeción de las mujeres tuvo gran impacto social, y la tesis de Fourier de que la situación de las mujeres era el indicador clave del nivel de progreso y civilización de una sociedad fue literalmente asumida por el socialismo posterior (18).

Flora Tristán en su obra Unión obrera (1843) dedica un capítulo a exponer la situación de las mujeres. Tristán mantiene que «todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser mujer» (19). En sus proyectos de reforma, la educación de las mujeres resulta crucial para el progreso de las clases trabajadoras, aunque, eso sí, debido a la influencia que como madres, hijas, esposas, etc…, tienen sobre los varones. Para Tristán, las mujeres «lo son todo en la vida del obrero», lo que no deja de suponer una acrítica asunción de la división sexual del trabajo. Desde otro punto de vista, entre los seguidores de Saint-Simon y Owen cundió la idea de que el poder espiritual de los varones se había agotado y la salvación de la sociedad sólo podía proceder de lo «femenino». En algunos grupos, incluso, se inició la búsqueda de un nuevo mesías femenino (20).

Tal vez la aportación más específica del socialismo utópico resida en la gran importancia que concedían a la transformación de la institución familiar. Condenaban la doble moral y consideraban el celibato y el matrimonio indisoluble como instituciones represoras y causa de injusticia e infelicidad. De hecho, como señalara en su día John Stuart Mill, a ellos cabe el honor de haber abordado sin prejuicios temas con los que no se atrevían otros reformadores sociales de la época.

[b]e) Socialismo marxista [/b]

A mediados del siglo XIX comenzó a imponerse en el movimiento obrero el socialismo de inspiración marxista o «científico». El marxismo articuló la llamada «cuestión femenina» en su teoría general de la historia y ofreció una nueva explicación del origen de la opresión de las mujeres y una nueva estrategia para su emancipación. Tal y como desarrolló Friedrich Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, obra publicada en 1884, el origen de la sujeción de las mujeres no estaría en causas biológicas -la capacidad reproductora o la constitución física- sino sociales. En concreto, en la aparición de la propiedad privada y la exclusión de las mujeres de la esfera de la producción social. En consecuencia, de este análisis se sigue que la emancipación de las mujeres irá ligada a su retorno a la producción y a la independencia económica.

Este análisis, por el que se apoyaba la incorporación de las mujeres a la producción, no dejó de tener numerosos detractores en el propio ámbito socialista. Se utilizaban diferentes argumentos para oponerse al trabajo asalariado de las mujeres: la necesidad de proteger a las obreras de la sobreexplotación de que eran objeto, el elevado índice de abortos y mortalidad infantil, el aumento del desempleo masculino, el descenso de los salarios… Pero como señaló Auguste Bebel en su célebre obra La mujer y el socialismo, también se debía a que, a pesar de la teoría, no todos los socialistas apoyaban la igualdad de los sexos:

No se crea que todos los socialistas sean emancipadores de la mujer; los hay para quienes la mujer emancipada es tan antipática como el socialismo para los capitalistas (21).

Por otro lado, el socialismo insistía en las diferencias que separaban a las mujeres de las distintas clases sociales. Así, aunque las socialistas apoyaban tácticamente las demandas sufragistas, también las consideraban enemigas de clase y las acusaban de olvidar la situación de las proletarias, lo que provocaba la desunión de los movimientos. Además, la relativamente poderosa infraestructura con que contaban las feministas burguesas y la fuerza de su mensaje calaba en las obreras llevándolas a su lado. Lógicamente, una de las tareas de las socialistas fue la de romper esa alianza. Alejandra Kollontai, bolchevique y feminista, relata en sus Memorias algunas de sus estrategias desde la clandestinidad. En diciembre de 1908 tuvo lugar en San Petersburgo, y convocado por las feministas «burguesas», el Primer Congreso Femenino de todas las Rusias. Kollontai no pudo asistir, porque pesaba una orden de detención sobre ella, pero pudo preparar la intervención de un grupo de obreras. Estas tomaron la palabra para señalar la especificidad de la problemática de las mujeres trabajadoras, y cuando se propuso la creación de un centro femenino interclasista, abandonaron ostentosamente el congreso (22).

Sin embargo, y a pesar de sus lógicos enfrentamientos con las sufragistas, existen numerosos testimonios del dilema que les presentaba a las mujeres socialistas. Aunque suscribían la tesis de que la emancipación de las mujeres era imposible en el capitalismo -explotación laboral, desempleo crónico, doble jornada, etc.- eran conscientes de que para sus camaradas y para la dirección del partido la «cuestión femenina» no era precisamente prioritaria. Más bien se la consideraba una mera cuestión de superestructura, que se solucionaría automáticamente con la socialización de los medios de producción, y, en el peor de los casos, «una desviación peligrosa hacia el feminismo». Esto no impidió que las mujeres socialistas se organizaran dentro de sus propios partidos; se reunían para discutir sus problemas específicos y crearon, a pesar de que la ley les prohibía afiliarse a partidos, organizaciones femeninas. Los cimientos de un movimiento socialista femenino realmente fueron puestos por la alemana Clara Zetkin (1854-1933), quien dirigió la revista femenina Die Gliechhteit (Igualdad) y llegó a organizar una Conferencia Internacional de Mujeres en 1907.

El socialismo marxista también prestó atención a la crítica de la familia y la doble moral, y relacionó la explotación económica y sexual de la mujer. En este sentido, es imprescindible remitirse a la obra que Kollontai escribe ya a principios del siglo XX. Kollontai puso en un primer plano teórico la igualdad sexual y mostró su interrelación con el triunfo de la revolución socialista. Pero también fue ella misma, ministra durante sólo seis meses el primer gobierno de Lenin, quien dio la voz de alarma sobre el rumbo preocupante que iba tomando la revolución feminista en la Unión Soviética. La igualdad de los sexos se había establecido por decreto, pero no se tomaban medidas específicas, tal y como ella postulaba, contra lo que hoy llamaríamos la ideología patriarcal.
[b]
f) Movimiento anarquista [/b]

El anarquismo no articuló con tanta precisión teórica como el socialismo la problemática de la igualdad entre los sexos, e incluso cabe destacar que un anarquista de la talla de Pierre J. Proudhom (1809-1865) mantuvo tranquilamente posturas antiigualitarias extremas. Estas son sus palabras:

Por mi parte, puedo decir que, cuanto más pienso en ello, menos me explico el destino de la mujer fuera de la familia y el hogar. Cortesana o ama de llaves (ama de llaves, digo, y no criada); yo no veo término medio (23).

Sin embargo, el anarquismo como movimiento social contó con numerosas mujeres que contribuyeron a la lucha por la igualdad. Una de las ideas más recurrentes entre las anarquistas -en consonancia con su individualismo- era la de que las mujeres se liberarían gracias a su «propia fuerza» y esfuerzo individual. Así lo expresó, ya entrado el siglo XX, Emma Goldman (1869-1940), para quien poco vale el acceso al trabajo asalariado si las mujeres no son capaces de vencer todo el peso de la ideología tradicional en su interior. Así, el énfasis puesto en vivir de acuerdo con las propias convicciones propició auténticas revoluciones en la vida cotidiana de mujeres que, orgullosas, se autodesignaban «mujeres libres». Consideraban que la libertad era el principio rector de todo y que las relaciones entre los sexos han de ser absolutamente libres. Su rebelión contra la jerarquización, la autoridad y el Estado, las llevaba, por un lado y frente a las sufragistas, a minimizar la importancia del voto y las reformas institucionales; por otro, veían como un peligro enorme lo que a su juicio proponían los comunistas: la regulación por parte del Estado de la procreación, la educación y el cuidado de los niños.

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8. G. Fraisse, Musa de la razón, Cátedra, Madrid 1991, p. 194.

9. De Celia Amorós sobre Poulain de la Barre: «El feminismo como exis emancipatoria» y «Cartesianismo y feminismo. Olvidos de la razón, razones de los olvidos», en Actas del Seminario…, pp. 85-104. Sus tesis sobre la relación entre feminismo e Ilustraciónestán sintetizadas en «El feminismo: senda no transitada de la Ilustración», Isegoría, n. 1 1990.

10. Algunos de estos cuadernos están traducidos en la antología La Ilustración olvidada, realizada por A. H. Puleo, Anthropos, Barcelona 1993. También de esta misma autora, «Una cristalización político-social de los ideales ilustrados: los ‘Cahiers de doléance» de 1789″, en C. Amorós (coord.), Actas del Seminario…, pp. 147-153.

11. P. M. Duhet, Las mujeres y la Revolución (1789-1794), Península, Barcelona 1974, p. 44.

12. O. De Gouges, «Los derechos de la mujer», en A. H. Puleo (ed.), La Ilustración olvidada, p. 155.

13. G. Fraisse, o. c., p. 191.

4. S. Robotham, La mujer ignorada por la historia, p. 68.

15. El texto de la Declaración está recogido en la Antología del feminismo de Amalia Martín-Gamero, Alianza Editorial, Madrid 1975.

16. R. J. Evans, Las feministas, Siglo XXI, Madrid 1980, p. 15.

17. S. Robotham, o. c., p. 115.

18. C. Fourier, Teoría de los cuatro movimientos, Barral, Barcelona 1974, p. 167.

19. F. Tristán, Unión obrera, Fontamara, Barcelona 1977, p. 125.

20. Cf. N. Campillo. «Las sansimonianas: un grupo feminista paradigmático», en C. Amorós (coord.), Actas del Seminario…, pp. 313-324.

21. A. Bebel, La mujer y el socialismo, Júcar, Madrid 1980, p. 117.
22. Cf. A. Kollontai, Memorias, Debate, Madrid 1979.
23. P. J. Proudhon, Sistema de las contradicciones económicas o filosofía de la miseria, vol. 2, Júcar, Madrid 1974, p. 175.

¿PERO ES VERDAD LO DEL SECUESTRO DE «EL JUEVES»?

Autor: gloria
Fecha: 23 Jul 2007
Por desgracia, es cierto. El viernes 20 de julio de 2007 el juez Juan del Olmo ha ordenado el secuestro de la revista atribuyéndole un posible delito de injurias a la Corona, porque en la portada de esta semana aparece una caricatura del príncipe Felipe manteniendo relaciones sexuales con su mujer, Leticia Ortiz, mientras le dice (refiriéndose a los 2.500 euros por hijo anunciados por Zapatero): “¿te das cuenta? Si te quedas preñada… ¡esto es lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida!”.

Aquí sí que la cabeza empieza a darte vueltas. La portada (que es fácil de conseguir porque “El Jueves”, como es sabido, sale a la venta los miércoles y además puede verse en la página web www.eljueves.es) tiene retranca, pero tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, “El Jueves” ha publicado cientos de dibujos (incluso un volumen recopilatorio, TOCANDO LOS BORBONES) sobre la familia real.

Y no creo que hoy en día, en este país donde se ha llegado a un tan cacareado nivel de tolerancia, nadie se escandalice ni por la imagen ni por el texto de la caricatura. Es más: la propia Casa Real se ha desmarcado del asunto asegurando no tener conocimiento previo de la denuncia presentada por la Fiscalía General del Estado ni de la resolución del juez.

Aunque eso es lo de menos. Lo importante es la amenaza que esto representa para la libertad de expresión, un derecho ganado a costa de muchas vidas y que aún no está afianzado en el mundo. Todos recordamos las fatwas lanzadas últimamente por los imanes contra escritores o medios de comunicación críticos con el Islam, y muchos de nosotros la época en que no se podía decir o hacer nada que no estuviera aprobado por el régimen.

Todo tiene su parte buena y su parte mala. Y una persona pública está expuesta a las críticas y a las sátiras. Va con el cargo. Y restringir esa posibilidad es peligroso. Es caer en el endiosamiento y en la adulación propias del pensamiento único.

Así que, siento tener que decíroslo, por increíble que parezca es verdad lo del secuestro de “El Jueves”. Y esa es una mala noticia para todos.

Los feminismos a través de la historia. Capítulo I

Autor: yomujer
Fecha: 15 Jul 2007
Que el [b]feminismo[/b] ha existido siempre puede afirmarse en diferentes sentidos. En el sentido más amplio del término, [b]siempre que las mujeres, individual o colectivamente, se han quejado de su injusto y amargo destino bajo el patriarcado y han reivindicado un a situación diferente, una vida mejor.[/b] Sin embargo, en este libro abordamos el feminismo de una forma más específica: trataremos los distintos momentos históricos en que las mujeres han llegado a articular, tanto en la teoría como en la práctica, un conjunto coherente de reivindicaciones y se han organizado para conseguirlas (1).

En este [b]recorrido histórico[/b] por la [b]historia del movimiento feminista [/b]dividiremos la exposición en tres grandes bloques: [b]el feminismo premoderno[/b], en que se recogen las primeras manifestaciones de «polémicas feministas»; el [b]feminismo moderno[/b], que arranca con la obra de Poulain de la Barre y los movimientos de mujeres y feministas de la Revolución Francesa, para resurgir con fuerza en los grandes movimientos sociales del siglo XIX, y, por último, el [b]feminismo contemporáneo[/b], en que se analiza el neofeminismo de los años sesenta-setenta y las últimas tendencias.

[b]1. Feminismo premoderno [/b]

El proceso de recuperación histórica de la [b]memoria feminista[/b] no ha hecho más que comenzar. Cada día que pasa, las investigaciones añaden nombres nuevos a la [b]genealogía del feminismo[/b], y aparecen nuevos datos en torno a la [b]larga lucha por la igualdad sexual[/b]. En general puede afirmarse que ha sido en los periodos de ilustración y en los momentos de transición hacia formas sociales más justas y liberadoras cuando ha surgido con más fuerza la polémica feminista.

Es posible rastrear signos de esta polémica en los mismos principios de nuestro pasado clásico. La [b]Ilustración sofística [/b]produjo el pensamiento de la igualdad entre los sexos, aunque, como lo señala [b]Valcárcel[/b], ha sobrevivido mucho mejor la reacción patriarcal que generó: «las chanzas bifrontes de Aristófanes, la Política de Aristóteles, la recogida de Platón» (2). [b]Con tan ilustres precedentes, la historia occidental fue tejiendo minuciosamente -desde la religión, la ley y la ciencia- el discurso y la práctica que afirmaba la inferioridad de la mujer respecto al varón. Discurso que parecía dividir en dos la especie humana: dos cuerpos, dos razones, dos morales, dos leyes.[/b]

[b]El Renacimiento[/b] trajo consigo un nuevo paradigma humano, el de autonomía, pero no se extendió a las mujeres. El solapamiento de lo humano con los varones permite la apariencia de universalidad del «ideal de hombre renacentista». Sin embargo, el culto renacentista a la gracia, la belleza, el ingenio y la inteligencia sí tuvo alguna consecuencia para las mujeres (3). La importancia de la educación generó numerosos [b]tratados pedagógicos [/b]y abrió un debate sobre la [b]naturaleza y deberes de los sexos.[/b] Un importante precedente y un hito en la polémica feminista había sido la obra de [b]Christine de Pisan[/b], [b]La ciudad de las damas [/b](1405). Pisan ataca el discurso de la inferioridad de las mujeres y ofrece una alternativa a su situación, pero, como certeramente indica Alicia H. Puleo, no hay que confundir estas obras reivindicativas con un género apologético también cultivado en el Renacimiento y destinado a agradar a las damas mecenas. Este género utiliza un discurso de la excelencia en que elogia la superioridad de las mujeres -«el vicio es masculino, la virtud femenina»- t confecciona catálogos de mujeres excepcionales. Así por ejemplo, el tratado que Agripa de Nettesheim dedica a la regente de los Países Bajos en 1510, De nobilitate et praecellentia foeminei sexus (4). A pesar de las diferencias entre los tratados, habrá que esperar al siglo XVII para la formulación de igualdad.

La [b]cultura [/b]y la [b]educación[/b] eran entonces un bien demasiado escaso y, lógicamente, fueron de otra índole las acciones que involucraron a más mujeres y provocaron mayor represión: la relación de las mujeres con numerosas herejías como las milenaristas. Guillermine de Bohemia, a fines del siglo XIII, afirmaba que la redención de Cristo no había alcanzado a la mujer, y que Eva aún no había sido salvada. Creó una iglesia de mujeres a la que acudían tanto mujeres del pueblo como burguesas y aristócratas. La secta fue denunciada por la inquisición a comienzos del siglo XIV. Aunque las posiciones de las doctrinas heréticas sobre la naturaleza y la posición de la mujer eran muy confusas, les conferían una dignidad y un escape emocional e intelectual que difícilmente podían encontrar en otro espacio público (5). El movimiento de renovación religiosa que fue la Reforma protestante significó la posibilidad de un cambio en el estado de la polémica. Al afirmar la primacía de la conciencia-individuo y el sacerdocio universal de todos los verdaderos creyentes frente a la relación jerárquica con Dios, abría de par en par las puertas al interrogante femenino: [b]¿por qué nosotras no? [/b]Paradójicamente el protestantismo acabó reforzando la autoridad patriarcal, ya que se necesitaba un sustituto para la debilitada autoridad del sacerdote y del rey. Por mucho que la Reforma supusiese una mayor dignificación del papel de la mujer-esposa-compañera, el padre se convertía en el nuevo e inapelable intérprete de las Escrituras, dios-rey del hogar. Sin embargo, y como ya sucediera con las herejías medievales y renacentistas, la propia lógica de estas tesis llevó a la formación de grupos más radicales. Especialmente en Inglaterra, la pujanza del movimiento puritano, ya a mediados del siglo XVII, dio lugar a algunas sectas que, como los cuáqueros, desafiaron claramente la prohibición del apóstol Pablo. Estas sectas incluyeron a las [b]mujeres[/b] como [b]predicadoras[/b] y admitían que el espíritu pudiese expresarse a través de ellas. Algunas mujeres encontraron una interesante vía para desplegar su individualidad: «El espíritu podía inducir a una mujer al celibato, o a fiar el derecho de su marido a gobernar la conciencia de ella, o bien indicarle dónde debía rendir culto. Los espíritus tenían poca consideración por el respeto debido al patriarcado terrenal; sólo reconocían el poder de Dios» (6). [b]Entonces se las acusó de pactar con el demonio[/b]. Las frecuentes acusaciones de [b]brujería contra las mujeres[/b] individualistas a lo largo de estos siglos, y su consiguiente quema, fue el justo contrapeso «divino» a quienes desafiaban el poder patriarcal.

En la [b]Francia del siglo XVII[/b], los salones comenzaban su andadura como espacio público capaz de generar nuevas normas y valores sociales. En los salones, las [b]mujeres[/b] tenían una notable presencia y [b]protagonizaron el movimiento literario y social conocido como preciosismo.[/b] Las preciosas, que declaran preferir la aristocracia del espíritu a la de la sangre, revitalizaron la lengua francesa e impusieron nuevos estilos amorosos; establecieron pues sus normativas en un terreno en el que las mujeres rara vez habían decidido. Para Oliva Blanco, la especificidad de la aportación de los salones del XVII al feminismo radica en que «gracias a ellos la ‘querelle féministe’ deja de ser coto privado de teólogos y moralistas y pasa a ser un tema de opinión pública» (7). Sin embargo, tal y como sucedía con la Ilustración sofística, seguramente hoy se conoce mejor la reacción patriarcal a este fenómeno, reacción bien simbolizada en [b]obras[/b] tan espeluznantemente [b]misóginas[/b] como [b]»Las mujeres sabias» de Molière[/b] y [b]»La culta latiniparla» de Quevedo. [/b]

——–
NOTAS

1 Como ponen de relieve las recientes historias de las mujeres, éstas han tenido casi siempre un importante protagonismo en las revueltas y movimientos sociales. Sin embargo, si la participación de las mujeres no es consciente de la discriminación sexual, no puede considerarse feminista.

2 A, Valcárcel, «¿Es el feminismo una teoría política?, Desde el feminismo, n 1, 1986.

3 Cf. J. Kelly, «¿Tuvieron las mujeres Renacimiento?», en J. S. Amelang y M. Nash (eds.) Historia y género: Las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Alfons el Maganànim, Valencia 1990, pp. 93-126; y A. H. Puleo, «El paradigma renacentista de autonomía», en C. Amorós (coord.), Actas del Seminario Permanente Feminismo e Ilustración. Instituto de Investigaciones Feministas, Universidad Complutense de Madrid, Madrid 1992, pp. 39-46.

4. Cf. A. H. Puleo, a. c., 43-44.

5. S. Robotham, Feminismo y revolución, Debate, Madrid 1978, pp. 15-26.

6. S. Robotham, La mujer ignorada por la historia, Debate, Madrid 1980, p. 19.

7. O. Blanco, «La ‘querelle feministe’ en el siglo XVII», en C. Amorós (coord.), Actas del Seminario Permanente Feminismo e Ilustración, p. 77.

iPhone en funcionamiento

Autor: Alexandra
Fecha: 13 Jul 2007
Aunque la llegada a nuestro país tardará aún bastantes meses, al otro lado del charco ya hay muchos que disfrutan del archiconocido iPhone, del que os hablábamos en el artículo anterior.

Un conocido columnista del Wall Street Journal, Walter Mossberg, realizó hace unas semanas, y antes de que saliese a la venta el iPhone, un vídeo-review que ahora os traemos para que podáis haceros una idea de cómo funciona el teléfono por dentro.

El vídeo está en inglés pero no es difícil de entender 😉

[youtube]vB-Wi2u9Xfg[/youtube]

En la misma línea, David Pogue, periodista de la «competencia» (:P) del famoso periódico, el New York Times, también realizó su review personal, esta vez con un toque de «película» que le da una chispa simpática al vídeo [b]xDD[/b]

[youtube]VcRfAaIb2Ro[/youtube]

También me gustaría reseñaros uno de los mejores blogs que existen sobre gadgets a nivel mundial, [url=http://gizmodo.com/]Gizmodo[/url], dónde podréis consutar en la categoría [url=http://gizmodo.com/gadgets/apple/]Apple[/url] todos los vídeos y noticias (algunos en clave de humor muy simpáticos) relacionadas con el teléfono. También en inglés claro 😉

Y vosotras, ¿[b]os llegaréis a comprar el iPhone[/b]?

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