Relaciones

El saludo (II)

Como continuación a El saludo (I), comentaré los pormenores del saludo en el ámbito profesional. En él se tiene en cuenta la jerarquía empresarial (marca la forma de saludo el de mayor rango) y, entre iguales, conviene dejar la iniciativa al cliente con el fin de que se sienta cómodo y no establezca barreras en el proceso de venta o

Prevenir la delincuencia juvenil

Eso es lo que aconseja Emilio Calatayud Pérez, juez de menores de Granada, conocido por sus sentencias «educativas», en las que condena a los menores a realizar trabajos sociales, como dar clases de informática a otros jóvenes por crackear los ordenadores de varias empresas o realizar visitas a la planta de traumatología del hospital por conducir un ciclomotor sin seguro.

El saludo (I)

Tanto en el ámbito profesional como en el social y el oficial, existen unos códigos de conducta que deben observarse para transmitir que se domina el saber estar en cualquiera de esas circunstancias. Hoy me centraré en el saludo social y en los próximos post en el profesional y oficial. Este ceremonial comienza con una aproximación física entre las personas

ALGUIEN INTERESANTE

Autor: Valeria
Fecha: 18 Nov 2007
ALGUIEN INTERESANTE

Lo peor ya ha pasado. Tu relación se rompió y, tras el necesario duelo, estás serena. Habrán pasado seis meses, quizás un año, y notas que la vida comienza a sonreirte nuevamente. Has hecho nuevas amistades, has entrado en nuevos círculos, te has apuntado a un curso de tango, de pilates o de tai chí, y al fin te apetece de nuevo salir, abrirte al mundo. Vas a cenar, al cine, quizás a algún pub tranquilo. Incluso un par de noches te atreves a mover el esqueleto en la discoteca de moda. Unas veces te diviertes, pero la mayoría no tanto. No te encuentras del todo ubicada y piensas que es por la edad o porque crees que los demás notan que te sientes sola.
Divisas además un pequeño inconveniente que se va engrandeciendo conforme te vas relacionando más. Miras a tu alrededor y no ves a nadie que te guste, que te motive: en las boites ellos son demasiado jóvenes; en los pubs tranquilos, casi siempre van emparejados. El resto está ahí, pero tú desconfías, comparas, no te liberas del aura de soledad que te rodea.
La mayoría de tus amigas dicen que la culpa es tuya. Que nadie se te acercará si tu cara es de circustancias. Intentas, salida tras salida amoldarte, vestirte a la moda, sonreír, pestañear de la forma más sexy que recuerdas haber visto en las películas. Rara vez te fijas en alguien. Quizás porque intuyes que nadie se fijará en tí. Pero entonces…conoces a alguien interesante. Casi siempre será el amigo de la amiga de tu mejor amiga o compañera de trabajo. Suficientemente atractivo sin llegar a ser un guaperas insufrible. Tiene buena conversación, intereses afines, un trabajo estable. Te alegras, ¡por fin! alguien en condiciones. Pero… siempre hay un pero. Él está habitualmente rodeado de chicas. Tiene a su alrededor un explicable harén multicolor. Digo explicable porque, queridas, es un hecho: son mayoría las que están en busca de ese tipo interesante, culto y maduro. Te fijas en la competencia y ves que tienes pocas opciones. Las más guapas por lo obvio, las menos favorecidas porque hacen gala de una personalidad arrolladora. Tú, sin embargo, eres del montón, ni guapa ni fea, recién aterrizada de la colina de la timidez a un mundo competitivo, romántica a más no poder, pese a que el mundo que te rodea afirma que el gran amor no existe, que es una utopía desfasada.
¿Qué haces entonces? Desanimarte, porque te das cuenta de que no tienes nada que hacer, así que te retiras cobardemente. Piensas que ya no tienes edad para guerrillas amatorias. Y, por supuesto, pierdes la pequeña, pero posible, oportunidad de conocerle más a fondo, de intimar un poco, incluso de conseguir al menos un nuevo amigo. No lo hagas. Supera tus miedos, tus fobias, tu timidez, pero sin dejar de ser tú misma. Atrévete a marcar la diferencia, a no ser una más del corrillo. Y…¡suerte!

COMO ORGANIZAR UNA FIESTA CON ÉXITO

Autor: Lau
Fecha: 9 Ago 2007
En un lugar de noche de Madrid, hace un par de semanas, están orgnizando una fiesta para que todo el mundo ligue. El método es sencillo. Al entrar en la puerta, te cuelgan un número. Dentro del local busca unos espacios en los hay boli y papel.
Ahora, buscas a alguien que te guste, ves su número, esbribes algo original o recurrente, buscas a la chica de las alitas, o sea una chica ataviada de Cupida Atómica, y ésta le lleva tu mensaje al chico o la chica que le digas.
¿La fiesta? un éxito. Un juego sencillo y más viejo que el TBO. Se ha convertido en el mejor método para que hombres y mujeres establezcan relaciones. Todos los jueves The Bourbon Café (Carrera de San Jerónimo en Madrid) se convierte en un espacio de libertad y de relación de todo tipo. Si tenéis oportunidad,¡No os lo perdáis!

Las formas del secreto ( II )

Autor: isabel
Fecha: 31 Jul 2007
Las acciones clandestinas, buscar un escondrijo, taparse los ojos, enmascarar una intención, ocultar una decepción, disimular una emoción, guardar un tesoro; todas estas expresiones, de una u otra manera describen el secreto. Siempre que hay por medio un secreto, parece que existe una referencia a algo escondido, a ocultar algo. Y pueden acarrear emociones, sentimientos, significados y valores muy diferentes.

Tener, guardar, descubrir o confesar un secreto no nos lleva a pensar que un secreto es simplemente cualquier “cosa” o una entidad. Más exactamente, el secreto constituye una experiencia de relación entre las personas. Podemos distinguir tres formas de vivir el secreto: el secreto existencial, el secreto comunicativo y el secreto personal.

Secreto existencial: me siento junto a la cama de mi hijo/a y charlamos. Son esos momentos en los que, con más o menos frecuencia, se establece una unión que es totalmente única. Es posible que no se sienta este grado de intensidad en la intimidad con ninguna otra persona. Soy consciente de mi complicidad con el/ella. Siento que los conozco.
Pero a veces una experiencia perturbadora puede destruir este sentimiento de conocer. De repente me recorre un estremecimiento de asombro, una extraña sensación de misterio me domina; cómo este ser humano al que conozco tan bien y del que me siento más cerca que de nadie, está sin embargo tan radicalmente separado de mí. ¿Cómo es posible que este niño, mi propio hijo, suponga para mí un secreto mayor que cualquier otra persona con la que me he encontrado?

Por supuesto, toda persona es, en este sentido, un secreto para nosotros. Jamás dos personas pueden estar completamente abiertas la una a la otra. Forma parte de las relaciones humanas el que al otro se le perciba, en último extremo, como un misterio, como un secreto existencial que nunca se puede revelar o desvelar totalmente.

Secreto comunicativo: este secreto es característico no sólo de nuestra experiencia de los niños. Muchos adultos, también, en virtud de algunos rasgos, son incapaces de comunicar todos sus pensamientos o sentimientos, incluso aunque deseen hacerlo. Tanto si nos gusta como si no, hay un límite en lo que somos capaces de compartir con los demás. La persona que conversa con nosotros y nos expresa ciertas ideas, es posible que no intente tener secretos. Y aún así sentimos que hay límites “naturales” para la comprensión interpersonal, y estos límites se pueden sentir en cierto modo como si se guardaran secretos. Si no comprendo a alguien, puedo sentir que esa persona es un secreto para mí, un secreto que me gustaría desvelar pero que en cierto modo permanece cerrado a mis poderes de interpretación.

Secreto personal: Existe el hecho de que a veces decidimos no compartir ciertos pensamientos con los demás. Es el caso normal de guardar secretos personales y tienen consecuencias para las relaciones personales. Éstas tienden a ser menos abierta, menos íntima, menos espontánea. Pensar en un secreto es pensar en personas a las que estamos ocultando algo. Éstos se ocultan a personas que nos importan: padres, hermano, hermana, amigo etc… La imposibilidad de guardar un secreto puede tener que ver con la ansiedad de separación de esos seres queridos. Para un niño pequeño, ocultar un secreto a su padre puede suponer: por una parte, ser consciente de lo estrechamente que está ligado a esa persona y por otra parte flexibiliza y relaja la relación. Por ejemplo una niña siente las normas paternales como irracionales y fuertemente opresivas. Su escondite de los tebeos constituye, un gesto de desafío y de independencia. Al construir este mundo secreto, la niña hace varias cosas: está cuestionando la validez de las órdenes “absolutas” de su padre, aflojando así una relación fuertemente sentida hacia él, confirma un sentimiento de identidad personal y parece estar poniendo a prueba las consecuencias de violar la prohibición paterna; por supuesto que de niño una nunca sabe si, después de todo, puede haber o no un daño inesperado por hacer lo prohibido.

LOS AMANTES DE TERUEL, BOBA ELLA, BOBO ÉL.

Autor: gloria
Fecha: 26 May 2007
Isabel hizo su primer paseo a la fuente cogida de la mano de Diego que, enfundado en su delantal, caminaba tan grave y erguido como un duque. “Parece que vayan a un baile de palacio”, bromeaban las criadas que los seguían. Pero la cosa dejó de tener gracia cuando Isabel tuvo su primera regla.

En el siglo XIII las mujeres eran eternas menores de edad y, además de dotarlas con arreglo a su posición y fortuna, un padre que se preciara de tal debía dejarlas “colocadas”, esto es, o bien casadas o monjas. Si no, serían un estorbo para su hermano que sería entonces el indicado por la ley para gobernarlas.

El padre de Isabel consideró que ya había demorado demasiado el asunto. Así que empezó a tratar su matrimonio con un buen partido: Pedro Fernández de Azagra, hermano del Señor de Albarracín. Al enterarse, Isabel se quedó blanca. Y en vez de soltar una risita y sonrojarse con las bromas de su madre, echó a correr hacia su cuarto gritando entre sollozos que no quería casarse con ése. El matrimonio se miró con asombro. “Será boba –dijo la madre-. ¿Dónde va a encontrar un caballero mejor”

Al día siguiente, el buen hombre estaba desayunando tranquilamente cuando entró el chico de la casa de al lado y, muy serio, le pidió la mano de Isabel. A punto estuvo de acertarle con el patadón que le mandó. [i]Pero tú eres bobo[/i], pensó. [i]¿Cómo se te ocurre semejante cosa? [/i] Luego se echó a reír. Que salidas tan chuscas tenía el mozo.

Tenía razón. Isabel, además de sus otros encantos, era hija de una importante familia y contaba con la mejor dote de la ciudad. Diego, en cambio, era el segundón de un terrateniente acomodado y desde niño se le había preparado para servir en alguna mesnada. Y una cosa era llevarse bien con los vecinos y otra dar ese salto inmenso en la escala social.

Pero no había forma de sacar a Isabel de la cama. Tenía tiritera y se negaba a comer. Diego, tozudo, juraba y perjuraba que en poco tiempo conseguiría la fama y la fortuna suficientes. El padre de Isabel hubiera mandado a los criados que le pegaran una buena paliza para terminar la cosa. Pero no quería ofender a su vecino, el padre de Diego, un hombre cortés y buen cristiano.

Así que, muy diplomáticamente, le dio largas a la cosa del casorio. Al fin y al cabo, Isabel era aún muy niña; no había prisa por casarla antes de cinco años, cuando ya hubiera cumplido los 17. “Mira, si para entonces has conseguido alzarte hasta ella, yo sería feliz entregándote su mano. Pero si no, tienes que comprender que yo debo casar a mi hija con un hombre que la merezca”, dijo.

El corazón de Diego se llenó de esperanza. Sabía que quedándose en Teruel no conseguiría medrar, así que partió a la guerra de Valencia con el caballo y las armas que le compró su padre. El hombre le vio marchar con tristeza: era aún muy joven. Pero, conociendo a su hijo, quizá fuera lo mejor. Así se olvidaría de Isabel y de todas sus demás tonterías.

Diego partió a la guerra de Valencia y durante algún tiempo solo se recibieron de él noticias sobre batallas, desgracias y princesas moras. Mientras tanto, las conversaciones entre el padre de Isabel y Pedro Fernández avanzaban lentamente: Isabel sostenía con empeño que había hecho el juramento sagrado de esperar a Diego durante cinco años.

El padre de Isabel manejó el asunto con habilidad y, dando como ciertos los últimos rumores sobre la muerte de Diego, fijó la fecha de la boda para el día siguiente a aquél en que se cumplían los cinco años, con lo que a un tiempo logró vencer la resistencia de su hija y calmar la urgencia del de Azagra. Precisamente ese fue el día que eligió Diego para regresar.

Cuando se enteró de que la boda de Isabel acababa de celebrárse, no se lo pudo creer y fue a buscarla a casa de Azagra. Isabel, que tenía noticias de la llegada de Diego desde que salió de la iglesia del brazo de su ya marido, se las había arreglado para salir al jardín un rato, mientras los hombres bebían. Mientras sus amigas entretenían a las ya consuegras, salió al encuentro de Diego.

Al verlo, Isabel se quedó un poco parada. Diego no era tal y como le recordaba. Sus facciones eran más duras y parecía más alto. Algunos dicen que volvió a Teruel rico y al mando de un centenar de hombres; otros que pobre y solo, como un mendigo. Sea como fuere, después del viaje que se había pegado no debía estar en su mejor momento

Diego, en cambio, quedó deslumbrado. Isabel estaba guapísima con sus galas de novia. Tanto que el mosqueo se le quitó de golpe. No sabemos a ciencia cierta que hizo en sus años de aventuras, pero lo que sí es seguro es que había aprendido algo: Los besos en la boca, aparte de ser una guarrada, daban gustirrinín.

“Bésame, Isabel”, dijo cogiéndola bruscamente por la cintura mientras buscaba su boca. Ella se echó atrás, sobresaltada. La educación sexual proporcionada por las ayas era muy deficiente y para Isabel los besos en la boca se entremezclaban misteriosamente con signos de pureza sanguinolentos que el de Azagra reconocería inmediatamente. “Pero si me acabo de casar”, contestó confusa.

“No seas boba, mujer. Si te va a gustar”, insistió él. A Isabel, desconcertada, se le agolparon en la memoria aquellos cinco años de resistencia pasiva en solitario y, sin poder evitarlo, se puso baturra: “Para bobo, tú. A buenas horas apareces”, dijo.

Las consuegras reclaman a Isabel y los amantes no tienen tiempo de más. En la puerta de la casa que ahora es la de Isabel, Diego cae fulminado. Su corazón enamorado no ha podido superar el rechazo de Isabel.

Al día siguiente, una mujer velada se presenta en el funeral de Diego. Es Isabel que, resueltas sus dudas en la noche de bodas, se arrepiente de no haberle dado el simple beso que le pedía. Así que se acerca al féretro y, mientras está besando los labios fríos del cadáver, cae desplomada sobre él. Ha muerto de amor.

Era el siglo XIII en Teruel. Si hubiera sido el XXI, el CSI hubiera averiguado rápidamente por qué medio actuó el amor. Quizá un virus extraño contraído por Diego o una malformación congénita de alguna válvula cardiaca. Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. Pero, aún así, en muchos lugares del mundo todavía siguen muriendo chiquillos solo porque se han enamorado como bobos.

En todos los lugares del mundo donde las mujeres siguen considerándose seres que deben ser gobernados.

AMISTADES ROTAS

Autor: Valeria
Fecha: 18 May 2007
AMISTADES ROTAS

Bueno, ya está. Ha ocurrido. Tu pareja se ha roto. No es la primera ni será la última, pero después de años de relación monógama en la que te has volcado en la pareja, en los hijos, en la casa, te encuentras de pronto muy, pero que muy sola.
Quieres regresar a algún tipo de vida social y no tienes con quién.
Siempre habrá alguna amiga con la que compartir un café o ir al cine una vez al mes, pero tus amistades seguirán con su vida. Es probable que ya no te apetezcan esas reuniones de pareja, porque claro, tú ya no la tienes. Parece que no encajas, que sobras allí. Incluso piensas que algún que otro marido ha comenzado a mirarte raro, como si tuviera temor a que el divorcio fuese una especie de virus contagioso. Sobre todo si la decisión de romper ha sido tuya.
¿Y esa pareja que creías amiga y ahora ha dejado de llamarte sin más? Está claro, se han puesto del otro lado, lo cual no es reprochable hasta cierto punto. Pero… ¿por qué razón han dejado de llamarte a ti? ¿Se rompe la pareja y se rompe la amistad? Si, puede ocurrir.
Lejos de deprimirnos chicas, debemos ir en busca de nuevos horizontes. ¿Te gusta leer? Pues busca en tu ciudad algún grupo de lectura. Si preguntas en las bibliotecas, seguro que sabrán orientarte sobre alguna de éstas tertulias. ¿Siempre has tenido el gusanillo del arte? Pues apúntate a clases de pintura; algunos ayuntamientos imparten talleres gratuitos. ¿Ha llegado el momento de ponerse en forma? Enfúndate en un chándal y sal al parque a pasear. Regálate una mascota; los perros son siempre un buen acicate para comenzar una conversación. ¿Tus hijos son pequeños y estás aún muy pillada con ellos? Aprovecha y disfruta; escápate a un hotel con animación infantil. Llévales a todas las actividades lúdicas que organicen en la ciudad. Olvídate por un día de las tareas de la casa y organiza una acampada en su cuarto.
Piensa en que el tiempo libre del que ahora dispones es sólo tuyo; ya no tendrá lugar ese tita-afloja para decidir si mar o montaña. Ahora eres tú la que elige, la que es dueña de su tiempo, la que puede permitirse el lujo de un domingo entero de tumbing frente al televisor atiborrándote de palomitas mientras los hijos están de fin de semana alterno. No más discusiones sobre el mando a distancia. No más calentarte la cabeza sobre el menú del día festivo.
No tengas prisa por volver a emparejarte; disfruta de tu nuevo status. Busca amistades afines, recíclate, crece como ser humano. Haz que el objetivo de tu vida sea la serenidad.
Con el tiempo, si alguien ha de llegar, lo hará. Y si el príncipe azul no aparece en su cadillac blanco a rescatarte, no importa. Tú ya has resistido. Date la enhorabuena y sigue tu camino.

BITÁCORAS Y LIBROS EN BARCELONA

Autor: gloria
Fecha: 15 May 2007
Un blog es un sitio web compuesto por entradas individuales (llamadas “post”) dispuestas en la página en orden cronológico inverso, de forma que aparece siempre primero el más reciente. Los post pueden ser de uno o de varios autores y en cada uno de ellos los lectores pueden escribir sus comentarios y el autor darles respuesta, de forma que permiten establecer un diálogo.

Los primeros blogs eran simplemente componentes actualizados de sitios web comunes, pero la evolución de las herramientas y la aparición de las plataformas gratuitas dispararon la popularidad del medio.

Cualquiera, después de unos días manejando Internet, puede publicar algo en la red, ya sea texto, fotos, música, o incluso videos. Además, gracias a ellos se han tenido noticias de primera mano de sucesos como el 11-S en 2001 (New York) o el 14-M en 2004 (Madrid) y son ya un clásico las crónicas desde Bagdad de un arquitecto iraqui durante la guerra de Irak.

La importancia del fenómeno es innegable. Ha nacido la blogosfera: Hoy en día, se calcula que hay más de 62 millones de blogs y cada día se crean 175.000 más.

A ellos, o mejor dicho a sus autores, va dirigida la convocatoria lanzada por Cuchitril Literario, un prestigioso blog (entre otras cosas, hace más de tres años que publica cada día la reseña de un libro distinto) La propuesta que nos hace ahora Palimp, su autor, va dirigida principalmente a los blogueros residentes en Barcelona y amantes de las letras pero, cuantos más seamos, más reiremos ¿No?

El arte de amar

Autor: Olga
Fecha: 5 May 2007
Uno de los errores que se cometen en la sociedad actual es la suposición de que no hay nada que aprender sobe el amor. Radica en la [b]confusión[/b] entre la experiencia inicial del «enamorarse» y la situación permanente de estar enamorado.

Si dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejan caer de pronto la barrera que las separa, y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de a vida.
Y resulta aún más maravilloso y milagroso para aquellas personas que han vivido encerradas, aisladas, sin amor.

Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, [b]poco duradero[/b]. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, u aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto: en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar «locos» el uno por e otro como una prueba de la intensidad de su amor, uando solo muestra el grado de su [b]soledad anterior.[/b]
Esa actitud -que no hay nada más fácil que amar- sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario.
Prácticamente no xiste ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. [b]Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores -o renunciaría a la actividad-.[/b] Puesto que lo últim es imposible en el caso del amor, sólo parece haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y esudiar el significado del amor.

Erich Froom (El arte de amar)

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